miércoles, 1 de diciembre de 2010

LECCION DOMINGO 05 DE DICIEMBRE DEL 2010


“El nuevo, pero a la vez antiguo mandamiento”
Lección: 1 Juan 2: 7-17
Texto: Juan 13:34
Domingo: 05 de Diciembre del 2010




INTRODUCCION:
El contexto de este capítulo dos, nos presenta la necesidad de guardar sus mandamientos y el deber de llevar una vida santa, presidida por el amor, y para ello el autor sagrado, nos señala la urgencia de este llamado, apelando a las expresiones que el mismo había escuchado de nuestro Señor Jesucristo momentos antes de su arresto en Jerusalén (Jn. 13:34), sobre el amor fraternal.

DESARROLLO
V. 7. El mandamiento de amar al prójimo es muy antiguo (Lev. 19:18; Prov. 20:22; 24:29; Mr. 12:29), pero fue necesario volverlo a exponer (ya lo había hecho el mismo maestro anteriormente en la misma intensión), ampliando este precepto en esta nueva alianza y haciéndolo de responsabilidad mutua y recíproca (los unos a los otros).

Este nuevo mandamiento es presentado por el anciano Apóstol de la siguiente forma:

V. 8 - 11 Las tinieblas v/s la luz verdadera - El Amor v/s Odio
Los versos 5 al 7 del capítulo primero nos expone que “Dios es luz y no hay tinieblas en Él” y sus hijos debemos “andar en luz”.
El cumplimiento de esta palabra debe verse reflejado en nuestra conducta, especialmente en la comunión entre los hermanos, en el amor fraterno “los unos a otros” y hace un triangulo perfecto entre “yo”, “tu” con “Él” (Dios).
Entre la “luz y las tinieblas”, como entre el “amor y odio”, no hay términos medios, no hay alternativas, por lo cual el que “no ama a su hermano”, está todavía en tinieblas, y es falsa su relación con Dios.
El que permanece en la luz, tiene iluminado el corazón, dispuesto para amar a su hermano y su camino no tiene obstáculos. En contraste con el que no ama a su hermano, en primer lugar va a errar el camino, y penosamente ciego no sabe que está perdido.

V. 12 - 17 Un mensaje para todas las edades
Más que considerar estos versos, como escritos a personas con diferentes edades físicamente, debemos examinarlas como escritos a diferentes edades espirituales, a partir de su conversión al Señor. En este caso los “hijitos”, corresponden a los recién convertidos (perdonados), a los “jóvenes” como los que van creciendo hacia la madurez (victoria en las tentaciones y pruebas) y a los “padres”, como los espiritualmente desarrollados o maduros.
Pero cada uno de ellos, tienen la misma amonestación contra la mundanalidad, exhortándoles a permanecer alejados y separados del mundo, y de sus concupiscencias, porque el mundo es enemigo de Dios, por lo que no se puede amar a Dios y al mundo.

Es incompatible, son dos extremos, mientras más me acerco a uno, automáticamente me alejo del otro. El apóstol Juan presenta los tres enemigos del alma y expone los ofrecimientos del mundo a nuestro engañoso corazón y son:
a) Los deseos de la carne, el apetito del hombre pecador.
b) La concupiscencia de los ojos, el deseo y deleite de las posesiones y riquezas (codicia).
c) Y la vanagloria de la vida, comprende la sed de grandeza, pompa, honores y aplausos. El orgullo, exaltación y la soberbia del hombre, tratando de quitarle la gloria a Dios.
Compare con la tentación en el huerto (Gn. 3:6), con la tentación a Jesús (Lc 4:1-13).

Pero, todas las cosas que el mundo ofrece son pasajeras, se desvanecen con rapidez y terminan, pero el amor de Dios nunca terminará, sino que permanece para siempre.

CONCLUSION
“Nuevo”, provoca siempre un significado favorable, nuevo día, nueva ropa, es más se presenta el evangelio como una “Buena nueva”, porque indica la “la nueva y mejor noticia”.


Pensamos que siempre lo nuevo es mejor. El nuevo auto funciona mejor y con ansias siempre esperamos el nuevo año. Viejo es lo que con el paso del tiempo se deteriora y pierde valor.


En este tema, observamos al “nuevo mandamiento”, pero que a la vez era “antiguo”, ya que el amor al prójimo impuesto por la Ley (Lv 19:18), se había desgastado y había tomado fuerza el “ojo por ojo y diente por diente”. Pero, la gracia por medio de Jesucristo, al dar su vida en la cruz del calvario, transforma el “améis unos a otros” (Jn 15:12-13), en un nuevo mandamiento, totalmente vigente que renueva y transforma la vida de los que “andan en luz”.


COMISION ESCUELA DOMINICAL
2010