jueves, 29 de septiembre de 2011

LECCION DOMINGO 02 DE OCTUBRE DEL 2011

“La regla de oro”
Lección: Mateo 7: 7 - 12
Texto: Juan 14: 13, 14
Domingo 02 de Octubre 2011



Introducción:
El remedio para la crítica es la oración 7 – 11, y la regla de oro. v. 12 simboliza la actitud humana correcta.


Desarrollo:
v. 7, 8. Jesús nos dice que debemos persistir en nuestra búsqueda de Dios. No faltan las personas que se rinden después de algunos esfuerzos sinceros y concluyen que Dios no puede ser hallado. Llegar a conocer a Dios demanda decisión y Jesús asegura que nuestros esfuerzos serán premiados. No se rinda en su afán por encontrarse con Dios. Siga pidiéndole más sabiduría, paciencia, conocimiento, amor y comprensión. Él se los dará.

V. 9, 10. El niño, en el ejemplo de Jesús, pidió a su padre pescado y pan, elementos muy necesarios. Si el niño hubiera pedido una serpiente venenosa, ¿se la hubiera dado el padre sabio? A veces Dios sabe que pedimos «serpientes» y no nos lo concede. A medida que conocemos mejor a Dios como un Padre amoroso, aprendemos a pedir cosas buenas para nosotros, y luego Él nos las da. Cristo nos está mostrando el corazón de Dios el Padre. Él no es egoísta, envidioso ni avaro. No tenemos que mendigar ni arrastrarnos cuando venimos con nuestras peticiones. Él es un Padre amante que comprende, cuida y conforta. Si los humanos pueden ser bondadosos, imagine cuán bondadoso es Dios, el creador de todo lo bueno.

V. 11 – 12. Jesús dijo «si vosotros, siendo malos» para contrastar a los seres humanos, pecadores y falibles con un Dios santo y perfecto.
Estas palabras se conocen comúnmente como la Regla de Oro. En muchas religiones se expresan negativamente: «No hagas a otros lo que no quisieras que hicieran contigo». Al hacer esta declaración positiva, Jesús la hizo mucho más significativa. No es difícil frenar nuestra intención de causar daño a alguien; es mucho más dificultoso tomar la iniciativa para hacer un bien en favor de esa persona. La Regla de Oro, como Jesús la formuló, es el fundamento de la bondad y la misericordia activas, como la que Dios nos muestra cada día. Piense en una acción buena y misericordiosa que pueda hacer hoy.


Conclusión:
La falta de un real compromiso nos llevará a desalentarnos a poco andar, la recomendación de Dios para que no venga el desaliento es: “Mira que te mando que te esfuerces y seas muy valiente”. Hay un galardón para los que llegan a la meta, pero primero al que pagar un costo y es la perseverancia ya que el que persevera hasta el “fin” ganara la corona de la vida. Dios nos anima a pedir conforme a su corazón por lo tanto deberíamos estar en consonancia con el espíritu para saber que nos conviene pedir. Y por ultimo creo que cada vez que nos vemos enfrentado a una situación difícil deberíamos preguntar ¿Cómo lo haría Jesús en mi lugar?.


COMISION EEDD 2011

jueves, 22 de septiembre de 2011

LECCION DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE DEL 2011

“El juzgar a los demás”
Lección: Mateo 7: 1 - 6
Texto: Romanos 14: 4
Domingo 25 de Septiembre 2011


Introducción:
Aquí se prohíbe enjuiciar las intenciones en donde perros y puercas simbolizan a quienes sin haber sido regenerados guardan las formas exteriores.


Desarrollo:
Los herederos del reino y el juzgar a los demás
V. 1 – 5. Jesús dice que debemos examinar nuestras motivaciones y conductas en vez de criticar a los demás. Lo que nos molesta en otros son con frecuencia los hábitos que no nos gustan en nosotros mismos. Nuestros malos hábitos y moldes de conducta indómitos son los que queremos cambiar en otros. ¿Halla usted fácil magnificar las faltas de otros y no fijarse en las suyas? Si está a punto de criticar a alguien, vea si no merece usted la misma crítica.

Júzguese primero y luego perdone con amor a su prójimo y ayúdelo.
La declaración de Jesús «No juzguéis» se refiere a la crítica y actitud de juicio con que se derriba a otros a fin de ponerse encima uno mismo. No es una condenación de cualquier crítica, sino un llamado a discernir antes de ser negativo. Jesús mandó a desenmascarar a los falsos maestros (7.15–23). Pablo enseñó claramente que debiéramos ejercitar disciplina en la iglesia (1 Co 5.1, 2) y confiar en que Dios tendrá la última palabra (1 Cor 4.3–5).

V. 6. Los cerdos eran animales impuros de acuerdo a la Ley de Dios (Dt. 14.8). Cualquier persona que tocara un animal impuro se convertía en «impuro ceremonialmente», y sin limpiarse no podía ir al templo a adorar. Jesús dice que no debemos entregar cosas santas a personas impuras o impías. Es pérdida de tiempo tratar de enseñar conceptos santos a personas que no quieren escuchar y que despreciarán lo que digamos. No debemos dejar de predicar la Palabra de Dios a los que no creen, pero debemos ser sabios y discernir qué enseñar y a quién para no desperdiciar nuestro tiempo.


Conclusión:
Existe en cada uno de nosotros la tendencia a mirar la fallas de otros sin percatarnos que estamos quizás llenos de ellas. Como se expone en este bosquejo, juzgamos en otros nuestras propias fallas. Creo que es importante preocuparnos de no hacer leña del árbol caído. Más bien nuestra preocupación debería pedir a Dios nos de la capacidad de perdonar las faltas de otros ya que nosotros mismos somos perdonados muchas veces al día.


COMISION EEDD 2011
Preguntémosle al Señor si es pertinente predicar a quienes no quieren escuchar y ocupar esa fuerzas en quienes si tienen hambre y sed de justicia.

martes, 13 de septiembre de 2011

LECCION DOMINGO 18 DE SEPTIEMBRE

“El afán y la ansiedad”
Lección: Mateo 6: 25 - 34
Texto: Filipenses 4: 19
Domingo 18 de Septiembre 2011


Introducción
Aquí se indica que el afán y la ansiedad, sacan al creyente de su cauce el que no sabe descansar en el Señor se encontrara en agonía y desequilibrio espiritual al no poder solucionar por si mismo todo aquello que le compete a Dios.


Desarrollo
V. 25 – 32. Jesús contrastó los valores celestiales con los terrenales cuando afirmó que debemos dedicar nuestra lealtad prioritaria a las cosas que no se marchitan, que nadie puede robar y que no envejecen. No debiéramos llegar al extremo de fascinarnos tanto por nuestras posesiones al grado que seamos sus esclavos. Esto significa que debiéramos hacer algunos recortes en caso de que nuestras posesiones estuvieran convirtiéndose en demasiado importantes para nosotros. Jesús está llamando a tomar una decisión que nos permita vivir tranquilamente con lo que tengamos porque hemos elegido lo que es eterno y duradero.

Debido a sus efectos insalubres, nos sugiere no preocuparnos por aquellas cosas que Dios promete suplir. La preocupación puede:

(1) dañar su salud,
(2) dar lugar a que el objeto de su angustia consuma sus pensamientos,
(3) mermar su productividad,
(4) afectar negativamente la forma en que usted trata a otros, y
(5) reducir su capacidad de confiar en Dios.

V. 33 – 34. Aquí está la diferencia entre la angustia y la preocupación genuina: la angustia inmoviliza pero la preocupación nos mueve a la acción. «Buscar el reino de Dios y su justicia» significa buscar su ayuda en primer lugar, saturar nuestros pensamientos con sus deseos, tomar su carácter como modelo y servirle y obedecerle en todo. ¿Qué es lo más importante para usted? Habrá personas, objetos, metas y otros deseos que compitan en cuanto a prioridad.

Cualquiera de estos puede sacar a Dios del primer lugar si usted no decide enfáticamente darle el primer lugar en todos los aspectos de su vida. Planear para el mañana es tiempo bien invertido; afanarse por el mañana es tiempo perdido. Algunas veces es dificultoso notar la diferencia. Planear es pensar con antelación en metas, pasos y fechas, y confiar en la dirección de Dios.

Cuando se hace bien, el afán disminuye. El que se afana, en cambio, se ve asaltado por el temor y se le hace difícil confiar en Dios. El que se afana deja que sus planes interfieran en su relación con Dios.
No permita que su afán por el mañana afecte sus relaciones con Dios hoy.


Conclusión
¿Cómo podría usted concluir esta lección? ¿Está usted dándole un tiempo de excelencia a Dios? Como lo hemos visto en esta lección, el cuidado que debemos tener para no caer en la angustia de esclavizarnos a nuestras posesiones porque estas vienen y van y no las podemos retener.

Esta usted dispuesto a efectuar recortes en aquellas cosas que le están impidiendo vivir una vida cristiana abundante. Y lo siguiente que debemos hacer es que poner en orden nuestras prioridades, porque al no ponerlas en orden puede lanzarnos a una vida cristiana desequilibrada.

COMISION EEDD
2011

jueves, 8 de septiembre de 2011

LECCION DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE DEL 2011

“Tesoros en el cielo”
Lección: Mateo 6: 19 – 24
Texto: Lucas 16: 13
Domingo 11 de Septiembre 2011


Introducción
Aquí se indica como los que verdaderamente aman la justicia, que se mueven en la esfera de la presencia del Padre, deben actuar con relación a las riquezas y las preocupaciones mundanas.


Desarrollo
Herederos del reino y del mundo
V. 19 - 21. Hacer tesoros en el cielo no es solo pagar el diezmo, sino que se logra también con cualquier acto de obediencia a Dios. Hay cierto sentido en que al dar a la obra de Dios estamos invirtiendo en el cielo, pero nuestra intención debería ser buscar el cumplimiento de los propósitos de Dios en todo lo que hacemos, no solo en lo que hacemos con nuestro dinero.

V. 22, 23. Visión espiritual es nuestra capacidad de ver con claridad lo que Dios quiere hacer en nosotros y ver el mundo a través de sus ojos. Pero este discernimiento espiritual puede ser fácilmente opacado. Los deseos, intereses y metas egoístas bloquean esa visión. Servir a Dios es la mejor manera de restaurarla. El «buen» ojo es el que se fija en Cristo.

V. 24. Jesús dice que podemos servir solo a un señor. Vivimos en una sociedad materialista donde muchas personas sirven al dinero. Emplean sus vidas en ganar y atesorar, solo para morir y tener que dejarlo todo. Su anhelo de tener dinero y lo que pueden adquirir con él llega a tener mayor preponderancia que su entrega a Dios y que los asuntos espirituales.

Lo que atesore le absorberá tiempo y energías para pensar en ello. No caiga en la trampa del materialismo porque «el amor al dinero es la raíz de todos los males» (1 Ti 6.10). ¿Podría asegurar, con toda sinceridad, que Dios es su Señor y no el dinero? Una manera de examinarnos es preguntándonos qué ocupa mayormente mis pensamientos, tiempo y esfuerzos.


Conclusión
Hoy día, podemos encontrar muchas inconsecuencias en los que dicen ser creyentes, ya que viven solo una religiosidad, pero no una vida de comunión con Dios y sus promesas.
¿Usted se ha preguntado, cuanto invierte en el reino de Dios, y cuanto en lo que no aprovecha?.
Cuando desarrollamos el don de visión espiritual, logramos discernir, en cuales áreas de nuestra vida, podemos servir con mayor excelencia a los propósitos de Dios.

No nos podemos olvidar, que tenemos una capacidad de discernir, que nos fue otorgada por Dios. Por lo tanto, está en nuestra voluntad discernir a quien vamos a servir.



COMISION EEDD 2011

jueves, 1 de septiembre de 2011

LECCION DOMINGO 04 DE SEPTIEMBRE DEL 2011

“La oración y el ayuno”
Lección: Mateo 6: 5 – 18
Texto: Jeremías 33: 3
Domingo 04 de Septiembre 2011


Introducción
Los herederos del reino deben ser motivados por una verdadera justicia interior, la cual deben poseer y practicar.
Esta justicia los introduce a la comunión con Dios como Padre. Tal comunión y su consecuente justicia se anticipan a la cruz donde se hizo posible esta posesión.
La oración modelo, v. 9 – 13, estaba relacionada con el reino de los cielos que se había acercado, y estaba, hablando estrictamente, dirigida a los discípulos judíos de esta época que esperaban el establecimiento del reino.
Las peticiones, no obstante, son aplicables en toda época y como tales tienen relevancia para la iglesia hoy.


Desarrollo
Los herederos del reino y la oración
V. 5, 6. Algunas personas, especialmente los líderes religiosos, querían que los vieran como «santos», y la oración pública era una de las maneras que empleaban para lograrlo. Jesús vio más allá de sus actos de justicia propia y enseñó que la esencia de la oración no radica en lo que se dice (ni cómo ni dónde), sino en la comunicación con Dios. Es válido orar en público, pero orar solo donde vamos a ser vistos es una indicación de que nuestra audiencia verdadera no es Dios.

V. 7, 8. Algunas personas piensan que repetir las mismas palabras una y otra vez, como un encantamiento, hará que Dios les oiga. No es erróneo acercarnos a Dios con la misma petición; Jesús nos anima a que elevemos oraciones persistentes. Pero condena las repeticiones triviales que no se elevan con un corazón sincero. Nunca se ora demasiado si nuestras oraciones son sinceras.
Esta oración puede ser un modelo para nuestras oraciones. Debemos alabar a Dios, orar por su obra en el mundo, orar por nuestras necesidades cotidianas y orar solicitando su ayuda en nuestros conflictos diarios.

V. 9. La frase «Padre nuestro que estás en los cielos» indica que Dios no solo es majestuoso y santo, sino también personal y amoroso. El primer renglón de esta oración modelo es una declaración de alabanza y dedicación a honrar el nombre santo de Dios. Honramos el nombre de Dios al usarlo con respeto. Si usamos el nombre de Dios ligeramente, no tomamos en cuenta la santidad de Dios.

V. 10. La frase «Venga tu reino» es una referencia al reino espiritual de Dios, no a que Israel fuera liberada del yugo de Roma. El Reino de Dios fue anunciado en el pacto con Abraham (Lc 13.28), está presente en el reinado de Cristo en el corazón de cada creyente (Lc 17.21), y será completado cuando la maldad sea destruida y Él establezca nuevos cielos y tierra (Ap 21.1).
Cuando oramos «Hágase tu voluntad», no estamos abandonándonos a la suerte, sino que estamos orando que el propósito perfecto de Dios se cumpla en este mundo como en el más allá.

V. 11. Cuando oramos «El pan nuestro de cada día dánoslo hoy» reconocemos que Dios es nuestro sustentador y proveedor. Es bueno pensar que no dependemos de nosotros mismos. Confiamos en que Dios cada día ha de proporcionarnos lo que sabe que necesitamos.

V. 13. Jesús no está sugiriendo que Dios nos guía hacia la tentación. Simplemente está pidiendo que seamos librados de Satanás y sus engaños. Todos los cristianos enfrentamos tentaciones. Algunas veces es tan sutil que inclusive no sabemos qué nos está pasando. Dios nos ha prometido que no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar (1 Corintios 10.13). Pídale a Dios que le permita reconocer la tentación, que le dé fuerzas suficientes para enfrentarla y que pueda seguir la senda de Dios.

V. 14 - 15. Jesús nos pone en alerta en cuanto al perdón se refiere: si no queremos perdonar a los demás, tampoco Dios nos perdonará. ¿Por qué? Porque cuando no perdonamos a otros estamos negando lo que tenemos en común como pecadores necesitados del perdón de Dios. El perdón de Dios no es el resultado directo de nuestro acto perdonador hacia otros, sino que está basado en nuestro entendimiento del significado del perdón (Ef 4.32). Es fácil pedir a Dios su perdón, pero es difícil darlo a otros. Cuando pidamos a Dios que nos perdone, debemos preguntarnos: «¿He perdonado a las personas que me han herido o agraviado?»

V. 16 – 18. Ayunar, no tomar alimentos con el propósito de emplear el tiempo en oración, es noble y dificultoso. Nos da tiempo para orar, nos enseña autodisciplina, nos recuerda que podemos vivir con mucho menos y nos ayuda a apreciar los dones de Dios. Jesús no estaba condenando el ayuno sino la hipocresía de ayunar con el fin de ganar la aprobación de la gente. El ayuno era obligatorio para los judíos una vez al año, en el Día de la Expiación (Lv 23.32). Los fariseos ayunaban voluntariamente dos veces a la semana para impresionar a la gente con su «santidad». Jesús recomendó actos de auto sacrificio hechos en silencio y con sinceridad. Buscó personas que lo sirvieran con buenos motivos, no para satisfacer ansias de alabanza. El aceite de oliva se usaba como un cosmético similar a una loción. Jesús está diciendo: «Cuando ayunes haz todo lo demás de forma normal. No hagas del ayuno un espectáculo».


Conclusión
Deberíamos replantearnos cuáles son nuestras motivaciones, tanto en la oración como en el ayuno. Es sano para nuestra vida espiritual darnos cuenta con que motivación nos acercamos a Dios, ya que podríamos estar haciéndolo de un modo incorrecto que a Dios no le agrada. ¿Dentro de nuestras oraciones incluimos el perdón hacia otros?
¿Ayunamos para alcanzar mayor santidad o para ser vistos?
¡Él Señor nos advierte: “Por sus frutos los conocerán”!

COMISION 2011