jueves, 2 de septiembre de 2010

“Padecimientos: Fortaleza cristiana”


“Padecimientos: Fortaleza cristiana”
Lección: 1 Pedro 4: 12 - 19
Texto: Mateo 5: 11, 12
Domingo 05 de Septiembre de 2010

Introducción:

Una adecuada actitud es la que deberíamos tener hacia las pruebas, y además tener claro el propósito de ellas con sus benéficos resultados para cada creyente, ya que estos son los ingredientes que dan como resultado una vida de fortaleza y en victoria.

Desarrollo:
La fuente de la fortaleza para las pruebas
v. 12. Deberíamos esperar que tengamos pruebas y no verlas como algo inesperado, él Señor nos advirtió: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16: 33). Tenemos que asumir que es parte y necesario en la vida del Cristiano.

Es importante entender que la prueba sirve como medio de prueba para que declare la autenticidad de nuestra fe.

v. 13ª Debería imponernos un permanente regocijo frente a las pruebas, puesto que ellas nos hacen participantes de la comunión con Cristo en sus sufrimientos

El Espíritu Santo es glorificado con la paciencia y la fortaleza en el sufrimiento, con la dependencia de las promesas de Dios y por guardar la palabra que el Espíritu Santo ha revelado; pero es insultado y blasfemado por el desprecio y los reproches a los creyentes.

v. 13b Cuando él se revele en su venida tendremos motivos más que suficientes para un mayor regocijo. Como coherederos debemos tener la capacidad de sufrir si vamos a heredar tan magnífica herencia Ro. 8: 17.

Las pruebas actuales provocan especial felicidad o bendición porque de este modo el Espíritu de Dios efectúa la unción espiritual y da testimonio de la gloria de Dios.

La fortaleza frente a las pruebas y al deber cristiano.
v. 15. La responsabilidad del cristiano es evitar el sufrimiento por causa de su propio pecado y ser motivo de vergüenza para el evangelio.

v. 16. De lo que no debería avergonzarse es por sufrir como “verdadero cristiano” si se padece por la justicia se hace honor al nombre de cristiano, como uno que cree y sigue a Jesucristo, por lo tanto glorifica a Dios.

v. 17. El cristiano debe comprender que es inminente el juicio por sus obras cuando el Señor vuelva. 1 Co. 3: 11 – 15; 2 Co. 5: 10.

v. 18. No nos olvidemos que como miembros de la casa de Dios, estamos sujetos a juicio, pero a los impíos les espera un juicio mucho más severo.

Lo único que les espera es la perdición que es su parte desde que le voltearon las espaldas a Jesús y se convierten en pecadores perdidos

v. 19. Pedro concluye diciendo que los sufrimientos deben ser bien recibidos cuando suceden “según la voluntad de Dios”. Pero los que sufren deben encomendar sus almas a nuestro fiel Dios.

La recomendación es él nos creo y solo él nos puede cuidar en el sufrimiento y llevarnos con él a través de ellos a su gloria.

Conclusión:
Un soldado es probado en el fragor de la batalla, es solo allí donde el soldado aplica lo que aprendió en su periodo de entrenamiento, en base a ese aprendizaje salvara su vida o la perderá. Esto debería hacernos reflexionar sobre nuestra vida espiritual ya que no todos los corredores ganan premios sino solo el que termina la carrera legítimamente.