jueves, 15 de noviembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE 2012


“Parábola de los dos hijos”
Lección: Mateo 21:28-32
Texto: 1 Samuel 15:22
Domingo 18 de Noviembre de 2012
 

Introducción:
Para Mateo la narración y el contexto es el mismo de la lección anterior: “que os parece”.  Los lideres del pueblo esperando una respuesta de Jesús a cerca de su autoridad. Jesús no contesta directamente pero si lo hace indirectamente. Para eso cuenta la parábola de los dos hijos. En lecciones anteriores, hemos dicho que para interpretar una parábola se deben considerar al menos tres cosas. Primero, la ocasión, que ya la hemos mencionado. Luego la historia terrenal, y luego su significado celestial. Veamos estos dos últimos componentes a continuación.

 Desarrollo:
En primer lugar, la historia terrenal. (V.28-31) Aquí seguimos la narración de Mateo que es bastaste clara. Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi vina. Respondiendo el, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo el, dijo. Si Señor, voy. Y no fue. Jesús usa una historia simple y de fácil comprensión. La pregunta con la que concluye su historia es clarificadora: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos, los religiosos, le contestaron, el primero. ¿Cómo estaba su respuesta? Veamos lo que sigue.

En segundo lugar, el significado celestial. (V.31-32) Jesús no les dijo si estaba bien o si estaba mal lo que habían respondido. Más bien, les indica lo siguiente. De cierto de cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. La explicación es obvia. El primer hijo que había dicho no, pero fue, representa a los pecadores, que le decían no a Dios, pero cuando veían su accionar le decían si. En cambio los lideres religiosos, siempre le decían si a Dios, pero en el momento de las decisiones, ellos le decían no. Jesús lo explica de la siguiente forma: Vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis, pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Conclusión:
La autoridad de Jesús quedaba claramente plasmada en su accionar. Si él era capaz de hacer bienes y milagros en favor de los hombres, esto era suficiente para creer que Jesús era el enviado de Dios. Además todo su ministerio estaba de una o de otra forma debidamente profetizado. Los religiosos y entendidos de las Escrituras debían saberlo, pero además creerlo. La censura es que aquellos que no sabían de las Escrituras, publicanos y pecadores, cuando lo veían actuar, muchos de ellos creían en Jesús. El arrepentimiento implica creer en el como nuestro mesías salvador.
 

Comisión EEDD 2012