La
autoridad de Jesús
Lección:
Mateo 21:23-27
Texto:
Job 38:33
Domingo
11 de Noviembre de 2012
Introducción:
Las acciones de
Jesús eran cada vez más pretensiosas. Jesús predicaba, enseñaba y sanaba. Los
milagros de sanidad incrementaron fuertemente su popularidad. Si bien al inicio
de su ministerio, siempre les pidió a los beneficiados que no dijeran nada,
ahora esta limitación ya no era valida. Todos eran testigos de los actos de
Jesús. En la ultima semana de Jesús, él había realizado cosas totalmente
novedosas, como por ejemplo, resucitar a Lázaro, entrar de manera triunfal en
Jerusalén, dar vueltas las mesas de los cambistas en el templo, etc. ¿Con que
autoridad hacia esto?. En la lección de hoy veremos la pregunta de los
religiosos, y la respuesta que le da Jesús.
Desarrollo:
Primero, la
pregunta de los religiosos. (v.23) Cuando Jesús vino al templo, los principales
sacerdotes y los ancianos (Marcos incluye a los escribas, Marcos 11:27) del pueblo se acercaron a el mientras enseñaba,
y le hacen dos preguntas: ¿Con que
autoridad haces estas cosas? ¿Y quien te dio esta autoridad? Sin lugar a dudas
podían parecer preguntas validas, pero no. Eran preguntas capciosas. Ellos andaban
buscando ocasión para matarle. El evangelio de Juan nos clarifica que, después
de la resurrección de Lázaro, se había reunido el concilio para evaluar la
situación de Jesús y las multitudes que le seguían. Ellos deciden matarle.
(Juan 11:45-53) De todas maneras resultan atractivas las preguntas que le
formulan a Jesús. Ellos, los religiosos, no se habían dado cuenta de las
credenciales de Jesús. Por lo tanto, eran validas sus inquietudes.
Segundo, la
respuesta de Jesús. (v.24-26) Las expectativas eran altas. Todos estaban
pendientes de la respuesta de Jesús. Pero para sorpresa de todos, Jesús no
contesta la pregunta directamente, sino que contesta con otra pregunta con el
desafío a los líderes religiosos que si ellos le contestan la pregunta él les
dirá con que autoridad hace estas cosas. La pregunta formulada por Jesús era la
siguiente: El bautismo de Juan ¿de donde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Los
lideres religiosos sesionaron entre si y consideraron las dos posibles
respuestas. Una, si decimos del cielo, él nos dirá ¿Por qué pues, no le
creísteis?, la otra, si decimos de los hombres, tememos al pueblo porque todos
tienen a Juan por profeta. Finalmente ellos deciden decirle a Jesús no lo
sabemos. Entonces el maestro, les contesta que él tampoco les dirá conque
autoridad hace estas cosas.
Conclusión:
Sin lugar a
dudas, las expectativas de los sacerdotes y ancianos no fueron resultas. Ellos
esperaban una respuesta directa a su pregunta. Jesús no les contesta porque
bastaba con todos los milagros que él había realizado. Estos demostraban
claramente que Jesús era el Hijo de Dios. ¡Aleluya!