sábado, 1 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 02 DE SEPTIEMBRE 2012

“Los dos deudores”
Lección: Mateo 18:23-35
Texto: Mateo 6:14-15
Domingo: 02 de Septiembre de 2012

INTRODUCCIÓN: La parábola de los dos deudores tiene su inicio en la pregunta de Pedro, de cuántas veces hay que perdonar al hermano que peca contra nosotros. Resulta incomprensible que un hombre que recibió el perdón de una deuda imposible de cancelar no tenga la capacidad de perdonar a otro hombre que le debe una cantidad insignificante.

DESARROLLO: Una deuda impagable, vs. 24-25. Sesenta millones de dracmas representaba una deuda imposible de cubrir, el deudor estaba condenado a ser vendido como esclavo junto con su familia. Una clara representación del hombre lejos de Dios que le es imposible pagar su deuda con el creador, condenado a la esclavitud eterna.
Un rey movido a misericordia, v.26-27. Prisionero este deudor apelaba sólo a la súplica para pedir tiempo y así pagar lo que le era imposible, el rey sabedor de que este hombre nunca podría pagar, decide en un acto de misericordia perdonar totalmente su deuda y dejarle en libertad junto a su familia. El Señor ha sido compasivo perdonando nuestra deuda eterna, sacándonos de prisiones de oscuridad sólo por su gran amor con que nos amó.
Un hombre insensible, vs. 28-30. El centro de la parábola presentada por nuestro Señor radica en la insensibilidad de aquel siervo que le fue perdonada su deuda y que luego es inmisericorde con un consiervo suyo que le adeudaba una cifra posible de pagar en tres meses, el actúo de forma violenta, incluso ahorcando al deudor para recibir su pago, al verse imposibilitado de recibir sus 100 denarios lo entregó en la cárcel.
Quien rehúsa perdonar, ha menospreciado el perdón de Dios, hallándose en prisión de amargura. Aprendamos a perdonar por medio del único Rey misericordioso, quien perdonó nuestras culpas, miles de veces más graves que las de nuestro prójimo hacia nosotros. Ahora en Jesucristo el perdón debe ser igualmente ilimitado.
Un principio eterno, el perdón, (31-34). El perdón es una capacidad del corazón para desatar ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. Este hombre fue incapaz de perdonar a su prójimo, por tanto el Señor lo llama malvado, más exactamente “inútil”. No tiene la capacidad de sentir como su Señor siente, queda fuera del reino de misericordia.

CONCLUSIÓN: Así actuamos muchas veces igual que este hombre, ¿podemos igualar el pecado que alguien ha cometido en contra nuestra, con el que hemos cometido contra Dios y del cual hemos sido perdonados?, en el modelo de la oración el Señor nos enseña a disfrutar de la gracia de su provisión para luego compartir de esta gracia con los que nos ofenden. Podemos disfrutar de su mesa, de su pan, de su amor. Todo por la misericordia. Luego somos llamados a perdonar como hemos sido perdonados y no volver a prisiones de amargura y dolor.
¡Perdonando Jesús nos perdona!