jueves, 13 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 16 DE SEPTIEMBRE DEL 2012

“La entrada al reino de los cielos”
Lección: Mateo 19:13-22
Texto: Deuteronomio 5:10
Domingo: 16 de Septiembre de 2012


INTRODUCCIÓN: Es interesante notar que en esta lección encontramos de manera gráfica la actitud que deben tener aquellos que han de seguir al Divino Maestro, que es la puerta de entrada a la vida del reino de los cielos. Seguirle demanda confiar en su bendición como la recibieron los niños y también confiar en el Salvador para ser salvo, esto último no fue considerado por el Joven rico y se fue autoexcluido.

DESARROLLO: Los niños que reciben la bendición de Jesús, vs. 13-15
Algunos días antes de este episodio, Jesús había hablado a sus discípulos del carácter apropiado que tienen los niños para recibir las bendiciones del cielo (Mt. 18:3-5), al parecer sus discípulos habían olvidado la lección y estaban poniendo obstáculos a los pequeños que con sinceridad y admiración estaban cerca del Señor. En contraste absoluto con la intención de los padres de presentárselos a Jesús para que los “tocara”. De esto se desprende que los padres debemos llevar a nuestros hijos con la finalidad de que el toque de Jesús provoque en ellos la bendición de la eternidad y la formación temprana de sus valores de servicio cristiano. El 85% de los cristianos que son fieles en la iglesia recibieron a Jesús en su infancia.
Entonces es importantísimo considerar nuestro deber de instruir al niño en su camino, llevarlos a Jesús y no impedírselo. Somos impedimento para este contacto, cuando No les instruimos acerca de las verdades del reino, cuando No los llevamos a la congregación y cuando No somos coherentes con lo que decimos y hacemos.
El joven que no entró al reino de los cielos, v. 16-22
La pregunta de este joven rico deja ver su personalidad arrogante, lo más probable que hasta este momento todo lo había conseguido con algún buen precio, ahora frente al salvador quiere pagar por un ticket de entrada a la eternidad, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?. Es el tipo de persona que confía en su capacidad, en sus obras y en sus recursos. Se siente superior a los demás que suplican porque se consideran indignos. Ante la respuesta categórica de Jesús que para seguirle le era necesario despojarse de todas sus posesiones, se retira entristecido.
Jesús nos explica lo difícil que es para aquellos que tienen riquezas entrar al reino de los cielos, porque intentarán pagar por una salvación que ya fue pagada por la sangre de Jesús en la cruz.
Esta clase de personas aparecen en nuestro camino, son aquellos que se justifican con sus años de religión, se justifican por la cantidad de obras sociales que realizan, quieren mostrarse ante el Salvador como merecedores de entrar al reino de los cielos por sus obras. Bienaventurados aquellos que entienden que han recibido un don inmerecido sólo por gracia (Ef. 2)

CONCLUSIÓN: Los discípulos manifiestan su preocupación, ¿Quién podrá ser salvo?, la respuesta categórica del Señor, ES IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE SALVARSE, sólo Dios lo puede hacer como un acto de amor de su divina gracia.
Entonces, el llamado de Jesús es presentarnos ante el trono de la gracia con el corazón expectante y confiado que manifestaron los niños y no con la arrogancia del joven que se perdió en sus bienes materiales.