jueves, 20 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 23 DE SEPTIEMBRE DEL 2012

“Regalos y Recompensas”
Lección: Mateo 19:23-30
Texto: Filipenses 3:8
Domingo: 23 de Septiembre de 2012


INTRODUCCIÓN: Nuestro Señor expone en este episodio que la salvación es un regalo que se obtiene sólo por gracia y que las recompensas por el sacrificio, entrega y abnegación de sus discípulos serán otorgadas en la eternidad.

DESARROLLO: El regalo de la Salvación, v. 23-26
En la lección anterior concluimos que nadie puede pagar por un lugar en el cielo. Jesús presenta una metáfora contradictoria para profundizar esta verdad, un camello procurando pasar por el ojo de una aguja o la puerta pequeña de la ciudad, esto no sólo es difícil sino imposible, así es imposible para una persona que confía en sus capacidades y recursos alcanzar la vida eterna. La respuesta consiste en reconocer que lo imposible humanamente es posible para Dios.
Que vano es el esfuerzo infructífero de los que trabajan para ser salvos, como que pueden pagar por ello. La palabra IMPOSIBLE grita como una trompeta en el oído de los que piensan de esta forma y el susurro bendito del Salvador resuena en el corazón diciéndonos, es sólo por amor.

La recompensa del Discipulado, v. 27-30
Pedro, que había observado la conversación entre Jesús y el joven rico, hace notar que los discípulos ya han abandonado todo y han seguido a Jesús. ¿Qué, pues, tendremos?, Jesús responde que en el reino de los cielos serán recompensados sus seguidores de acuerdo a la evaluación divina. Los Doce se sentarán en doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel. Pero la recompensa no estará limitada a los Doce, será extendida a otras personas que la merezcan. Expone que la evaluación de Dios es muy distinta a la terrenal, y que en definitiva podremos llevarnos varias sorpresas, los que pensamos ocuparán los últimos lugares serán los primeros.
El discipulado a pesar de sus grandes costos también tiene recompensas aún mayores, cien veces más, esto logra opacar todo sufrimiento y pérdida. Sin embargo descubrimos que las recompensas prometidas no siguen los paradigmas del mundo. No están entre las recompensas del discipulado cristiano; la fama, poder, exaltación propia, adulación, posiciones, obtención de riquezas. Entonces sigamos el consejo de Jesús a hacer tesoros en el cielo y no en la tierra.

CONCLUSIÓN: Existe una clara diferencia en estos dos conceptos expuestos, Salvación y Recompensa. Mientras que el primero se refiere a un acto soberano de Dios imputando su gracia en favor del salvado, otorgándole libre acceso a la eternidad por los únicos y suficientes méritos de Jesús. El segundo concepto, las recompensas, apuntan a esclarecer que para los que ya han sido salvados el Señor les recompensará por su trabajo y entrega en la eternidad.
¡Cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor! (1 Co 3:8).
Los apóstoles hicieron lo que Jesús requería del joven rico. Tal vez el “todo” de los apóstoles (con la excepción de Mateo) no se pudiera comparar con las riquezas del joven príncipe, pero el todo de cualquiera es todo, y el dejar todo requiere la sumisión total a la voluntad del Señor. Innegablemente el sacrificio de los apóstoles era muy grande, y ¿qué les esperaba en el futuro ya que habían dejado su empleo? (Pedro dejó su oficio como pescador y dejó posesiones).

COMISION EEDD 2012