martes, 5 de junio de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 10 DE JULIO

“La fe de la mujer cananea”
Lección: Mateo 15:21-28
Texto: Hebreos 11:6
Domingo: 10 de Junio del 2012


INTRODUCCIÓN:
Jesús encontró alguna hostilidad en Galilea, especialmente de parte de los fariseos (14:1), y por ello se aleja de esta región. Pero también comprendemos que su misericordia y amor le llevó a estas naciones extranjeras y le vemos recorriendo la región de Tiro y Sidón, quienes vieron reflejado el amor de Dios en milagros y en enseñanzas, ya que muchos al escuchar que estaba en estas tierras, llegaron para recibir de su bondad.


DESARROLLO:
Entre todos los que acuden a buscar a Jesús, está la mujer griega, de nacionalidad cananea o siro fenicia, quien impulsada por su amor de madre, por el dolor de ver a su hija endemoniada, se esfuerza por alcanzar la misericordia de parte de Jesús.
Su insistencia declara un amor que supera las pruebas, acompañada por una fe y humildad que no se incomoda ni por el silencio de Jesús, ya que tiene que clamar insistentemente; ni por las palabras que se podrían considerar duras y de rechazo, pero lo que importa es la salud de su hija.

Se destaca la expresión de esta mujer ¡Señor, Hijo de David!, ya que, esta connotación es netamente “Mesiánica”, y es mencionada por una extranjera. Jesús es el Mesías prometido, la simiente de David (el mismo autor nos regaló una genealogía, probando la línea davídica de Jesús por parte de su padre José), también el escritor Lucas nos regala una genealogía (cap. 3), a través de su madre María, es decir es descendiente de David por adopción y por sangre, y “se sentará en el trono de David Su padre”… (Lc. 1:32), por lo cual, esta mujer estaba diciendo que JESUS ES EL REY.

Su ruego fue insistente, haciendo la enfermedad de su hija, como suya y aún el silencio de Jesús no le desanimó, pues había una motivación mucho mayor a todas, y era que esta mujer tenía FE en Jesús, quien era poderoso para obrar el milagro. ¡¡¡Gloriosa fe!!!, por lo cual, aún en la dura respuesta del maestro, pudo demostrar una humildad digna de un milagro.

No soy enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel. – Hermosa expresión por Israel, el rebaño, la oveja, que ya lo encontramos en otros textos bíblicos como Sal.79:13; 1° R.22:17; Ez. 34: Mt. 10:6, de hecho el apóstol Juan nos regala uno de los versos más tristes, indicando su amor por los suyos, por Israel, y dice… “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” Jn.1:11, pero también les dijo a los judíos que tenía “otras ovejas…” Jn 10:16, refiriéndose a los gentiles y entre ellos a ti y a mí.

¡Señor, socórreme!, se postró delante de Jesús y rogó por ayuda…Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
En el tiempo de Jesús, los judíos acostumbraban en llamar “perros” a los gentiles. Obviamente siempre fue una expresión de rechazo y desprecio, que se utilizaba incluso como un insulto.

Aunque el maestro utilizó una palabra un poco más suave como “perrillos o perritos”, esa expresión no deja de ser lo que es. Los hijos son hijos y los perros son perros, y no estaba bien quitar el pan de los judíos para darla a los gentiles. Sin duda esta mujer estaba en todo su derecho para enojarse y regresar a su casa, pero el amor por su hija y su tremenda fe la hizo no tan solo mantener su petición, sino que humillarse expresando palabras que admiraron a Jesús.

“pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”
La mujer aprovechó en humildad el diminutivo que usó Jesús, “perrillo”, usado para catalogar a los domésticos, es decir, los animalitos que son considerados como parte de la familia, y se alimentan de los despojos, no manifestando ningún resentimiento sino que insistió en humildad y fe.

Oh mujer, grande es tu fe… Una fe excepcional, una fe que traspasa las dificultades, una fe que espera, que insiste, que persevera, que no se desanima, que se extiende… como cuando Jacob hablaba con el Ángel (Gn 32:26) “no te dejare sino me bendices”…¡¡¡Gloria a Dios!!!. y recibe la respuesta anhelada de parte de Jesús, del “hijo de David”, del Maestro, del sanador … “hágase contigo como quieres, y añade el escrito sagrado como muestra del gran amor de Dios… “Y su hija fue sanada desde aquella hora”.


CONCLUSIÓN:
Como esta mujer, nosotros podemos acercarnos pidiendo misericordia, pero lo glorioso es que no estamos en la condición de extranjero, sino como parte de la familia de Dios.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Ro 8:14-16)

Pero es necesario acercarnos con plena certidumbre de fe, recordando la expresión del Ángel a María…”porque nada hay imposible para Dios.” (Lc 1:37).


COMISIÓN EEDD 2012