miércoles, 2 de marzo de 2011

LECCION DOMINGO 06 DE MARZO DEL 2011


JUDAS

Judas, el autor fue el hermano de Santiago (Jacobo), obispo de Jerusalén y autor de la Epístola de Santiago (Stg 1: 1; Mt. 13: 55; Mr. 6: 3), y también el medio hermano de nuestro Señor, de hecho en los comienzos del ministerio de Jesús, ellos no creían en él (Jn. 7:5), pero después de la resurrección estaban con los que “perseveraban” (Hch.1:14).

Los puntos principales de esta carta son la “advertencia”, hacia la Iglesia del Señor, por los hombres inicuos que se infiltrarían en las congregaciones, confundiéndolas espiritualmente, poniendo en peligro la fe de los creyentes y como estos deben luchar tenazmente por defenderla. Considera como apoyo a su exhortación, algunos pasajes del Antiguo Testamento, como Sodoma y Gomorra (v. 7 – Gn. 19:1-24), Caín (v. 11 – Gn 4), Balaám (v.11 – Nm. 22), Coré (v.11 . Nm 16), Enoc (v.14 – Gn 5) y también considera en su alusión, algunas tradiciones judías.
Se considera la carta de Judas, como posterior a los escritos del Apóstol Pedro, es decir después del 66 o 67 DC, pero como una declaración mucho más fuerte, un lenguaje mucho más duro, que refleja la inquietud y preocupación del autor.
























“Combatiendo por la fe”
Lección: Judas 1 - 7
Texto: Números 14:29-30
Domingo: 06 de Marzo del 2011


Introducción:
La motivación para escribir esta carta, fue defender la fe cristiana, de las falsas enseñanzas que estaban surgiendo en las Iglesias.
Esta epístola, aunque breve, tiene un fuerte mensaje, por que el peligro también era grande. Sin duda los receptores de esta carta eran “creyentes”, y se refiere a ellos como “los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo”.


Desarrollo:
Judas, (significa alabanza) el autor, aunque fue hermano del Señor, se refiere a sí mismo como “Siervo de Jesucristo”, tal vez porque en el comienzo no creyó en él, por lo cual, no se sintió digno de firmar como hermano de Jesús.

Encontramos en primer lugar la preocupación del Espíritu Santo, que advierte a la Iglesia, ya que su fe corría un gran peligro, v. 3 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación”. Y en este mismo párrafo vemos dos grandes propósitos, a) Advertir a la Iglesia de los falsos engañadores y b) Que ellos luchen por la fe recibida.

Una de las características de los falsos maestros era que negaban al Señor (v. 4, se puede comparar con la segunda carta del Apóstol Pedro 2:1), obviamente también negaban la eficacia del perdón y la santificación.

Estas personas, son descritas por dos características, a) convierten en libertinaje la gracia, es decir, usan la libertad del evangelio para satisfacer sus propios deseos y b) se han introducido encubiertamente en las Iglesias.

El autor sagrado ilustra esta advertencia, recordándoles a sus lectores, sobre temas que ellos saben muy bien. Ejemplos que sirven para refrescar la memoria, y demostrar la magnitud del error y como el apóstol Pablo les escribe a los Romanos (15;4a) y les dice “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza…”

En primer lugar está Israel, y la consecuencia de su incredulidad, es decir, no sirve pertenecer al pueblo de Dios, sino guardamos sus preceptos.

Luego encontramos el ejemplo de los ángeles caídos, donde Judas considera en su argumentación el libro apócrifo de Enoc, para destacar que su rebelión no fue pasada por alto. El paralelo entre los ángeles caídos y los falsos enseñadores nos refleja que ambos conocieron la verdad de Dios y la rechazaron.

Finalmente está el ejemplo de Sodoma y Gomorra (Gn. 19), usado como muestra del castigo a su extravío, sufriendo el fuego eterno.
La destrucción de estas ciudades es una clara y vigente lección que debemos aprender, teniendo en consideración las palabras del libro de Apocalipsis 20:15 “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”.

Judas no plantea un orden cronológico en los ejemplos, sino que expone un orden progresivo de errores, primero la “incredulidad” de Israel, luego la rebelión de los ángeles, culminando con el desenfreno y libertinaje de Sodoma y Gomorra.

Conclusión:
Los receptores de esta carta conocían muy bien todo lo planteado por Judas, pero siempre es importante que se les recuerden las cosas. El sentimiento del escritor sagrado es que los creyentes puedan discernir la magnitud de la advertencia, su responsabilidad, y lo terrible de las consecuencias.