jueves, 8 de septiembre de 2011

LECCION DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE DEL 2011

“Tesoros en el cielo”
Lección: Mateo 6: 19 – 24
Texto: Lucas 16: 13
Domingo 11 de Septiembre 2011


Introducción
Aquí se indica como los que verdaderamente aman la justicia, que se mueven en la esfera de la presencia del Padre, deben actuar con relación a las riquezas y las preocupaciones mundanas.


Desarrollo
Herederos del reino y del mundo
V. 19 - 21. Hacer tesoros en el cielo no es solo pagar el diezmo, sino que se logra también con cualquier acto de obediencia a Dios. Hay cierto sentido en que al dar a la obra de Dios estamos invirtiendo en el cielo, pero nuestra intención debería ser buscar el cumplimiento de los propósitos de Dios en todo lo que hacemos, no solo en lo que hacemos con nuestro dinero.

V. 22, 23. Visión espiritual es nuestra capacidad de ver con claridad lo que Dios quiere hacer en nosotros y ver el mundo a través de sus ojos. Pero este discernimiento espiritual puede ser fácilmente opacado. Los deseos, intereses y metas egoístas bloquean esa visión. Servir a Dios es la mejor manera de restaurarla. El «buen» ojo es el que se fija en Cristo.

V. 24. Jesús dice que podemos servir solo a un señor. Vivimos en una sociedad materialista donde muchas personas sirven al dinero. Emplean sus vidas en ganar y atesorar, solo para morir y tener que dejarlo todo. Su anhelo de tener dinero y lo que pueden adquirir con él llega a tener mayor preponderancia que su entrega a Dios y que los asuntos espirituales.

Lo que atesore le absorberá tiempo y energías para pensar en ello. No caiga en la trampa del materialismo porque «el amor al dinero es la raíz de todos los males» (1 Ti 6.10). ¿Podría asegurar, con toda sinceridad, que Dios es su Señor y no el dinero? Una manera de examinarnos es preguntándonos qué ocupa mayormente mis pensamientos, tiempo y esfuerzos.


Conclusión
Hoy día, podemos encontrar muchas inconsecuencias en los que dicen ser creyentes, ya que viven solo una religiosidad, pero no una vida de comunión con Dios y sus promesas.
¿Usted se ha preguntado, cuanto invierte en el reino de Dios, y cuanto en lo que no aprovecha?.
Cuando desarrollamos el don de visión espiritual, logramos discernir, en cuales áreas de nuestra vida, podemos servir con mayor excelencia a los propósitos de Dios.

No nos podemos olvidar, que tenemos una capacidad de discernir, que nos fue otorgada por Dios. Por lo tanto, está en nuestra voluntad discernir a quien vamos a servir.



COMISION EEDD 2011