jueves, 23 de junio de 2011

LECCION DOMINGO 26 DE JUNIO DEL 2011

“El heraldo del rey”
Lección: Mateo 3: 1 – 12.
Texto: Marcos 1: 15.
Domingo 26 junio 2011

INTRODUCCION: Juan el Bautista predicho en el A.T. aparece ahora como anunciante del Rey. El nacimiento y la misión de Juan son descritos por Lucas. Su mensaje, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” era un anuncio del reino mesiánico según lo anticiparon los profetas del A.T., que se establecería en la tierra y sobre la cual reinara el hijo y Señor de David.

DESARROLLO: V. 1 – 12. Habían pasado casi treinta años desde el hecho narrado en el capítulo 2. Ahora Juan el Bautista aparece en la escena. Su tema era: «Arrepentíos de vuestros pecados y volveos a Dios». Quería decir que debemos hacer un giro de 180 grados, del yo centralizado que conduce a acciones erróneas como las de mentir, chismear, robar, calumniar, vengarse, abusar y cometer actos sexuales inmorales, hasta situarnos en la senda que Dios describe en su Palabra. El primer paso para volvernos hacia Dios es confesar nuestros pecados, como Juan nos urge a que hagamos. Luego Dios nos recibirá y nos ayudará a vivir la vida que quiere que vivamos. Recuerde que solo Dios puede librarnos del pecado. Él no espera que nos limpiemos nuestras vidas antes de acudir a Él.

El reino de los cielos empieza cuando Dios entra en la historia humana como hombre. Hoy Jesús reina en el corazón de los creyentes, pero el reino de los cielos no será una realidad hasta que la maldad que hay en el mundo sea juzgada y removida. La primera vez Cristo vino a la tierra como un siervo sufriente; cuando regrese vendrá como Rey y juzgará en la tierra como vencedor.

El profeta aludido es Isaías (40.3), uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento y uno de los más mencionados en el Nuevo. Como Isaías, Juan fue un profeta que urgió a que la gente confesara sus pecados y viviera para Dios. Ambos profetas enseñaron que el mensaje del arrepentimiento es de buenas nuevas a aquellos que escuchan y buscan el perdón sanador del amor de Dios, pero es mensaje terrible a aquellos que rehúsan oír y cortan su única fuente de esperanza eterna.

Juan el Bautista preparó el camino de Jesús. A las personas que no conocen a Jesús hay que prepararlas para encontrarse con Él. Podemos prepararlos explicándoles que necesitan perdón, mostrando en nuestras vidas las enseñanzas de Jesús, y diciéndoles cómo Cristo puede dar sentido a sus vidas. Podemos rectificar la senda corrigiendo conceptos errados que pueden estar impidiéndoles acercarse a Cristo. Alguna persona que usted conoce puede estar abierta a establecer una relación con Cristo. ¿Qué puede hacer para prepararle la senda a esa persona?
Juan era bien distinto a los demás líderes de su época. Mientras muchos eran avaros, egoístas y dedicados mayormente a ganar la alabanza de la gente, Juan se preocupaba solo en alabar a Dios. Habiéndose apartado de la maldad e hipocresía de sus días, vivió en forma diferente para mostrar que su mensaje era nuevo. Juan no solo predicaba la Ley de Dios, sino que la vivía.

¡Juan tiene que haber tenido un aspecto extraño! Mucha gente iba a oír a aquel predicador que vestía ropa excéntrica y se alimentaba con comida poco común. Algunos iban, probablemente, movidos por la curiosidad y terminaron arrepintiéndose de sus pecados al oír su mensaje poderoso. La gente puede hallar rara nuestra forma de vivir y valorar las cosas. Podemos aprovechar esa curiosidad para hablar de cómo Cristo transformó nuestra vida.

CONCLUSION: El primer paso para tener un cambio de vida y una entrada al reino celestial, es reconocer nuestros pecados, de esta forma estaremos allanando el camino para que Jesús pueda entrar en nuestro corazón, dice su palabra que: “sin arrepentimiento no puede haber remisión de pecados”.