miércoles, 8 de junio de 2011

LECCION DOMINGO 12 DE JUNIO DEL 2011

“La infancia de Jesús”
Lección: Mateo 2: 1 – 12.
Texto: Isaías 60: 3
Domingo 12 junio 2011


INTRODUCCION:
Herodes planeó la muerte del niño Jesús, al que percibía como una amenaza futura a su posición. A José se le advirtió en sueños y tomó a su familia y huyó a Egipto hasta la muerte de Herodes, que ocurrió uno o dos años más tarde. Intentaron volver a Judea, pero Dios les guió a Nazaret, en Galilea.
Jesús significa «Salvador». Jesús vino a la tierra a salvarnos porque nosotros no podíamos hacerlo. No podíamos librarnos de las consecuencias del pecado. Por buenos que seamos, no podemos eliminar la naturaleza pecaminosa presente en todos nosotros. Solo Dios puede hacer esto. Jesús no vino para que la gente se salvara a sí misma. Vino para salvarnos del poder y del castigo del pecado. Dele gracias a Cristo por haber muerto en la cruz por sus pecados, y luego pídale que tome el control de su vida. Una nueva vida empezará para usted en ese momento.


DESARROLLO:
LA HUIDA A EGIPTO Jesús iba a ser llamado Emanuel («Dios con nosotros»), como lo predijo Isaías el profeta (Is 7.14). Jesús era Dios en la carne; en otras palabras: Dios entre nosotros. Por medio del Espíritu Santo, Cristo está presente en la vida de cada creyente. Quizá ni Isaías comprendió el significado de Emanuel en toda su magnitud.

José cambió de planes rápidamente luego de descubrir que María no le había sido infiel (1.19). Obedeció a Dios y prosiguió con los planes matrimoniales. A pesar de que muchos quizás no lo hubieran apoyado en su decisión, José continuó adelante con lo que sabía que era correcto. Nosotros algunas veces dejamos de hacer lo correcto por el qué dirán. Como José, debemos obedecer a Dios antes que buscar la aprobación de los demás.

V. 1 La información que da Lucas también explica por qué José y María se encontraban en Belén cuando Jesús nació, en lugar de Nazaret, su ciudad de origen. La tierra de Israel había sido dividida en cuatro distritos políticos y en varios territorios pequeños. Judea estaba al sur, Samaria en el centro, Galilea al norte e Idumea al sudeste.

Belén de Judea fue profetizado como el lugar de nacimiento del Mesías (Mi 5.2). Jerusalén estaba también en Judea y era la sede del gobierno de Herodes el Grande, el que reinó sobre los cuatro distritos políticos. Después de la muerte de Herodes, los distritos fueron asignados a tres reyes. A pesar de que fue insensible y malvado al asesinar a muchos de su propia familia, Herodes el Grande supervisó la renovación del templo, haciéndolo más grande y hermoso. Esto lo hizo muy popular ante muchos judíos. Jesús visitó Jerusalén muchas veces porque allí se llevaban a cabo las más grandes festividades judías. No se sabe mucho de estos magos (sabios). No sabemos cuántos fueron ni de dónde vinieron. La tradición dice que eran hombres de alta posición de Partía, cerca de la antigua Babilonia. ¿Cómo supieron que la estrella representaba al Mesías?

(1) Quizás eran judíos de los que permanecieron en Babilonia después del exilio, y por eso conocían las predicciones del Antiguo Testamento acerca de la venida del Mesías.
(2) Quizás eran astrólogos orientales que estudiaban manuscritos antiguos de todo el mundo. Debido al exilio judío de siglos anteriores, seguramente había ejemplares del Antiguo Testamento en su tierra.
(3) Puede ser que recibieran un mensaje especial de Dios y dirección para encontrar al Mesías. Algunos eruditos dicen que eran de diferentes lugares, y que representaron al mundo entero al postrarse ante Jesús. Aquellos hombres de tierras lejanas reconocieron en Jesús al Mesías cuando la mayoría de los elegidos de Dios en Israel no lo hicieron.

Mateo describe a Jesús como Rey de todo el mundo, no solo de Judea. Los magos viajaron miles de kilómetros para ver al Rey de los judíos. Cuando lo encontraron, reaccionaron con gozo, adoración y le dieron regalos. Cuán diferente a la forma en que reacciona la gente hoy. Esperamos que Dios venga a buscarnos, que se dé a conocer, que demuestre quién es y que nos dé regalos. Pero los que son sabios todavía buscan a Jesús y lo adoran, no por lo que pueden conseguir, sino por lo que Él es. Los magos dijeron que habían visto la estrella de Jesús. Balaam se refiere a la venidera «estrella de Jacob» (Nm 24.17). Algunos dicen que probablemente fue una conjunción de Júpiter, Saturno y Marte que se vio el año 6 a.C. y otros dan otras explicaciones. Pero, ¿el Dios que creó los cielos, no pudo haber hecho una estrella especial para anunciar la llegada de su Hijo? Sin importar mucho la naturaleza de la estrella, estos sabios viajaron miles de kilómetros en busca de un Rey, y lo hallaron.

Los magos le dieron estos regalos caros porque eran presentes valiosos para el futuro rey. Los estudiantes de la Biblia han visto en los regalos, símbolos de la identidad de Cristo y lo que Él podría lograr. El oro era un regalo digno de un rey; el incienso, un regalo para una divinidad; la mirra, una especie para un hombre mortal, que iba a morir. Estos regalos pudieron proveer recursos económicos para el viaje de la familia en su regreso a Egipto. Los magos le ofrecieron presentes y adoraron a Jesús por lo que Él era. Esta es la esencia de la verdadera adoración: honrar a Cristo por su persona y estar dispuesto a darle lo que consideramos valioso. Adore a Dios porque es perfecto, justo y creador poderoso del universo, digno de lo mejor que uno puede dar.Después de encontrar a Jesús y adorarlo, los magos recibieron la advertencia de no regresar a Jerusalén como ellos intentaban. Encontrar a Jesús puede significar que su vida deba tomar una dirección diferente, obediente y abierta a la Palabra de Dios. ¿Anhela usted seguir un camino diferente?


CONCLUSION:
¿Qué presente le hemos traído a nuestro rey? El solo espera de nosotros, vidas consagradas a su servicio por amor. Todo lo que podamos hacer para él sin amor y por obligación puede estar perfumado con incienso o cubierto de oro y mirra, perderá su valor si no es con un amor legítimo y que brote puro desde lo profundo de nuestro corazón.