jueves, 13 de enero de 2011

LECCION DOMINGO 16 DE ENERO DEL 2011

“Vivir en el Espíritu”
Lección: 1 Juan 4: 1-6
Texto: 1° Corintios 12:10-11
Domingo: 16 de Enero del 2011

INTRODUCCION:
El autor hace un paréntesis en el mensaje del amor, para tratar un tema muy importante como es el enseñar los criterios necesarios para discernir el “espíritu de verdad” y el “espíritu de error”, o más bien distinguir entre el “Espíritu de Dios” y el “espíritu del anticristo”.

DESARROLLO
V. 1-4 En este contexto, “espíritu” significa la influencia divina o demoniaca que motiva a las personas a pensar y actuar determinadamente. Es así como los hombres pueden actuar inspirados por Dios o por el demonio.

Ante la presencia de falsos enseñadores, especialmente los seguidores de Cerinto, quienes negaba la divinidad de Jesús, el apóstol Juan con mucha ternura les dice “amados” y les insta a escuchar y analizar el origen de las enseñanzas que recibieran, para ver si provenían o no de Dios.

Como Discernir
a) Examinarlo todo,
b) El Espíritu de Dios confiesa a Cristo
c) El Espíritu del anticristo, niega la encarnación del verbo.

Vemos que Juan mencionó que muchos anticristos ya habían venido al mundo, refiriéndose a todos los que negaban la deidad de Jesús.

Al escribir sobre el espíritu del anticristo y al indicar que “ya está en el mundo”, fue necesario recordarles que ellos proceden de Dios, y han vencido las falsas enseñanzas, por lo cual, pueden estar tranquilo, ya que “mayor es el que está morando en el creyente”, que el que está en el mundo. Recordamos las expresiones de Eliseo en 2° Reyes 6:16… “más son los que están con nosotros que los que están con ellos”.

V. 5-6 En estos versos encontramos algunas comparaciones como las siguientes:
a) “Ellos son del mundo” v/s “Nosotros somos de Dios”: las procedencias de los hijos de Dios son diferente, nacidos de Dios y enviados por Él como apóstol (el caso de Juan).

b) “El que conoce a Dios nos oye” v/s “El que no conoce a Dios no nos oye”: Las cosas de Dios solo son perceptibles a los que tiene el Espíritu de Dios, y en ese conocimiento espiritual reconocen a los que son enviados por Dios.

El escritor sagrado indica que con los enunciados anteriores podemos reconocer a “El espíritu de verdad” y también “el espíritu de error”.

CONCLUSION
La verdad siempre ha tenido sus falsificaciones. Y, de la misma manera que debemos reconocer nuestro dinero, debemos ser capaces de discernir de dónde proceden las diversas enseñanzas que se nos presentan.