Falsos maestros presuntuosos
Lección: 2 Pedro 2: 10 - 16
Texto: Judas 10, 11
Domingo 24 de Octubre de 2010
Lección: 2 Pedro 2: 10 - 16
Texto: Judas 10, 11
Domingo 24 de Octubre de 2010
Introducción:
Tenemos la gran bendición que esta revelación nos ha llegado de buena fuente y de primera mano, ya que estos santos hombres que escribieron estas cartas fueron testigos presenciales. Y solo el testigo tiene la verdad.
Se nos describe las señales de cómo descubrir a estos falsos maestros: Desprecian el señorío.
Desarrollo:
Se nos describe las señales de cómo descubrir a estos falsos maestros: Desprecian el señorío.
Desarrollo:
Se especifica su pecado de presunción.
v. 10. Estos maestros impíos, enjuiciados , son particularmente dados a la sensualidad, dando satisfacción a la carne (la naturaleza corrupta y pecadora) en la inmundicia de la concupiscencia moral 10a. Están entregados a la rebeldía, desprecian toda la autoridad, especialmente la de Dios y su palabra 10b. Pero estos dos pecados, no obstante, parecieran nacer del pecado básico de la presunción 10c.
v. 11. Y porque son presuntuosos (atrevidos) y tozudos, buscando satisfacerse en obstinada terquedad, no temen hablar mal de las dignidades angélicas (el orden de los ángeles). En cambio los ángeles que son mayores (que estos licenciosos seres humanos) en fuerza y potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas (las dignidades superiores) delante del Señor.
v. 12. Tal presunción lleva a estos falsos maestros a difamar cosas de las cuales no tienen la menor idea. Serán destruidos en su propia corrupción, el mismo vocablo griego expresa la “corrupción” de la semilla y la “destrucción” del fruto. Su recompensa será el galardón de su injusticia.
v. 13. El amor de los falsos maestros a los lujuriantes placeres los lleva a una vida disipada.
v. 14. Son inmundicias y manchas, un oprobio para la sociedad, viviendo en tumultuosas orgias, engañosamente banqueteando junto con los creyentes en sus fiestas de amor. Muestran su carácter mercenario con “el corazón habituado a la codicia (avaricia).
v. 15, 16. Habiendo abandonado la senda de la recta obediencia al Señor, se han extraviado siguiendo el camino de Balaán, tomando el curso de la fácil conformidad mundana como lo hizo el nombrado profeta asalariado, cuyo único afán fue el comercializar su don espiritual. Son como él, que amo “el premio de la maldad” y esperaba obtener ganancias de Balac para maldecir a Israel, a la que Dios había bendecido. Habiendo fracasado en su intento, estuvo dispuesto a inducir a Israel a la idolatría y a la concupiscencia para obtener ganancias materiales. La asna muda hablo con voz de hombre para reprender “la locura del profeta”. MM. 22: 21 – 31. ¡Que contraste! ¡Una bestia muda reprendiendo a un profeta inspirado!
v. 10. Estos maestros impíos, enjuiciados , son particularmente dados a la sensualidad, dando satisfacción a la carne (la naturaleza corrupta y pecadora) en la inmundicia de la concupiscencia moral 10a. Están entregados a la rebeldía, desprecian toda la autoridad, especialmente la de Dios y su palabra 10b. Pero estos dos pecados, no obstante, parecieran nacer del pecado básico de la presunción 10c.
v. 11. Y porque son presuntuosos (atrevidos) y tozudos, buscando satisfacerse en obstinada terquedad, no temen hablar mal de las dignidades angélicas (el orden de los ángeles). En cambio los ángeles que son mayores (que estos licenciosos seres humanos) en fuerza y potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas (las dignidades superiores) delante del Señor.
v. 12. Tal presunción lleva a estos falsos maestros a difamar cosas de las cuales no tienen la menor idea. Serán destruidos en su propia corrupción, el mismo vocablo griego expresa la “corrupción” de la semilla y la “destrucción” del fruto. Su recompensa será el galardón de su injusticia.
v. 13. El amor de los falsos maestros a los lujuriantes placeres los lleva a una vida disipada.
v. 14. Son inmundicias y manchas, un oprobio para la sociedad, viviendo en tumultuosas orgias, engañosamente banqueteando junto con los creyentes en sus fiestas de amor. Muestran su carácter mercenario con “el corazón habituado a la codicia (avaricia).
v. 15, 16. Habiendo abandonado la senda de la recta obediencia al Señor, se han extraviado siguiendo el camino de Balaán, tomando el curso de la fácil conformidad mundana como lo hizo el nombrado profeta asalariado, cuyo único afán fue el comercializar su don espiritual. Son como él, que amo “el premio de la maldad” y esperaba obtener ganancias de Balac para maldecir a Israel, a la que Dios había bendecido. Habiendo fracasado en su intento, estuvo dispuesto a inducir a Israel a la idolatría y a la concupiscencia para obtener ganancias materiales. La asna muda hablo con voz de hombre para reprender “la locura del profeta”. MM. 22: 21 – 31. ¡Que contraste! ¡Una bestia muda reprendiendo a un profeta inspirado!
Conclusión:
En cuanto a sus características, están bien claras, para que los podamos descubrir a estos farsantes de la fe. Concupiscentes, despreciables, atrevidos contumaces, animales irracionales, perdidos, inmundos, adúlteros, seductores, codiciosos, hijos de maldición, extraviados. Solo tenemos que aplicar la Palabra que dice: “por sus frutos los conoceréis”. Pero también es importante mirarnos a la luz de la Palabra y ver cuál es nuestra condición.
COMISION EEDD 2010
