jueves, 17 de noviembre de 2011

LECCION DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE DEL 2011

“El llamamiento de Mateo y el ayuno”
Lección: Mateo 9: 9 - 17
Texto: 1ª Timoteo 1: 15
Domingo 20 de Noviembre 2011


Introducción
El llamamiento de Mateo, v. 9, y el Rey comiendo con publicanos, v. 10 – 13 demostraron su misión de llamar a los pecadores al arrepentimiento. Las ilustraciones de paño y los odres nuevos v. 16 – 17, prefiguran la superioridad de la justicia de la gracia en contraste con el paño y los odres de las viejas ordenanzas legales.


Desarrollo
v. 9 – 13. Mateo era un judío que los romanos habían empleado como cobrador de impuestos de la zona. Cobraba impuestos de los ciudadanos como también de los mercaderes que pasaban por el pueblo. Los cobradores de impuestos deducían una comisión de lo cobrado, pero la mayoría cobraban de más y se enriquecían. Por esta razón los judíos los odiaban. Tenían reputación de estafadores y de apoyar a los romanos.

Cuando Jesús llamó a Mateo para que fuera uno de sus discípulos, Mateo lo siguió de inmediato, dejando una carrera lucrativa. Si Dios lo llama a usted para seguirle u obedecerle, ¿lo hace con el mismo desprendimiento de Mateo? Algunas veces, la decisión de seguir a Cristo requiere cierta elección dificultosa o dolorosa. Como Mateo, debemos dejar atrás las cosas que podrían apartarnos de seguir a Cristo.

Al visitar a Mateo, Jesús dañaba su reputación. Mateo había estado engañando a la gente pero Jesús lo encontró y lo cambió. No debemos temer llegar a aquellos que tienen un estilo de vida diferente, porque el mensaje de Dios puede cambiar a cualquiera. Los fariseos trataban con frecuencia de atrapar a Jesús y pensaron que su relación con esta «gente de baja vida» era la oportunidad perfecta. Se preocupaban más de las apariencias de santidad que de ayudar a la gente, de criticar más que de estimular, de la respetabilidad externa más que de la ayuda práctica. Pero Dios está interesado en todos, incluyendo a los que son pecadores y a los que sufren. ¡La vida cristiana no es contienda de popularidad! Al seguir el ejemplo de Jesús, debiéramos anunciar las buenas nuevas a los pobres, solitarios y repudiados, no solo a los buenos, talentosos y populares.

V. 14, 15. Los discípulos de Juan urgían al arrepentimiento del pecado y a la preparación para la venida del Mesías. Los discípulos de Jesús no tenían la urgencia de preparar a la gente para la venida del Mesías porque estaba con ellos. Jesús no condenó el ayuno: Él mismo lo practicaba (Mateo 4.2). Enfatizó que debía hacerse por razones justas.
El mensaje de Juan el Bautista era duro y estaba centralizado en la ley. Cuando la gente se fija en la ley de Dios y se compara con ella, se da cuenta de cuánto le falta y de cuán necesario es que se arrepienta. El mensaje de Jesús se centralizaba en la vida, el resultado de volverse del pecado e ir a Él. Los discípulos de Juan arrancaron bien, pero necesitaban dar el paso siguiente y confiar en Jesús. ¿Dónde está su centro de atención, en la ley o en Cristo?
La llegada del reino de los cielos era como una fiesta de bodas en que Jesús era el esposo. Sus discípulos, por esta razón, se regocijaban. No tenían por qué estar de luto: el novio estaba presente.

V. 16, 17. En tiempos bíblicos el vino no se conservaba en botellas de vidrio sino en pieles de cabras bien cosidas en los bordes para que no hubiera escape de líquido. El vino nuevo, a medida que se iba fermentando, se expandía y estiraba los odres. Una vez añejado el vino, no se agregaba más vino nuevo; si se hacía, el odre ya estirado reventaba. Por eso el vino nuevo siempre se colocaba en odres nuevos.
Jesús no vino para remendar el sistema religioso viejo del judaísmo con sus normas y tradiciones. Si lo hubiera hecho, su mensaje hubiera peligrado. Su propósito fue traer algo nuevo que había sido profetizado por siglos.
Este mensaje nuevo, el evangelio, dice que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra para ofrecer a todos el perdón de pecados y la restauración con Dios. Este mensaje nuevo de fe y amor no encajaba en el rígido y antiguo sistema de religión legalista. Requería un inicio fresco.

El mensaje permanecerá siempre «nuevo» porque debe ser aceptado y aplicado en cada generación. Cuando seguimos a Cristo, debemos estar preparados para nuevas formas de vida, nuevas maneras de mirar a la gente y nuevos métodos de servicio.


Conclusión
Para concluir debemos abreviar solo en un punto importante de esta lección, y es la capacidad de renuncia personal que tuvo Mateo para seguir a Jesús. Pese a su condición y reputación que tenía no escatimo en nada y se dedico a seguir a Jesús con un corazón dispuesto a derribar todo argumento que se interpusiera entre él y Jesús.

COMISION EED 2011