lunes, 18 de julio de 2011

LECCION DOMINGO 24 DE JULIO DEL 2011

“Características de los ciudadanos del reino”
Lección: Mateo 5: 1 – 12
Texto: 1º Pedro 4: 14
Domingo 24 julio 2011.


INTRODUCCION:
Mt 5–7 es denominado el Sermón del Monte porque Jesús lo pronunció en una colina cercana a Capernaum. Este «sermón» probablemente resume varios días de predicación.
En él, Jesús proclamó su actitud hacia la Ley. La posición social, la autoridad y el dinero no son importantes en su Reino; lo que importa es la obediencia fiel del corazón. El Sermón del Monte desafió al orgullo de los líderes religiosos legalistas de ese entonces.

Era un llamado a regresar al mensaje de los profetas del Antiguo Testamento que, como Jesús, enseñaban que la obediencia de corazón es más importante que la observancia legalista.
Multitudes numerosas seguían a Jesús; era el comentario del pueblo y todos querían verlo. Los discípulos, que eran personas bien cercanas a este hombre popular, se vieron tentados a sentirse importantes, orgullosos y a ser posesivos. Estar con Jesús les daba prestigio y una gran oportunidad para obtener riqueza.


DESARROLLO:
La multitud estaba otra vez reunida, pero antes de dirigirse a ella, Jesús llamó a sus discípulos a un lado y les advirtió acerca de la tentación que enfrentarían como ayudantes suyos. No esperen fama y fortuna, les dijo Jesús, sino aflicción, hambre y persecución.
Sin embargo, les aseguró que serían recompensados, aunque quizás no en esta vida. Habrá momentos en que seguir a Jesús traerá consigo gran popularidad. Si no vivimos tomando en cuenta las palabras de Jesús en este sermón, nos hallaremos usando el mensaje de Dios solo para promover nuestros intereses personales.

Jesús empezó su sermón con palabras que aparentemente se contradecían. Pero la forma en que Dios quiere que vivamos muchas veces contradice la del mundo. Si quiere vivir para Dios debe estar dispuesto a decir y hacer lo que para el mundo parecerá raro. Deberá estar dispuesto a dar cuando otros desean quitar, amar cuando otros odian, ayudar cuando otros abusan. Al hacerlo, un día recibirá todo, mientras los otros terminarán sin nada.

Aquí tenemos por lo menos cuatro maneras de entender las bienaventuranzas:
(1) Son un código de ética para los discípulos y norma de conducta para todos los creyentes.
(2) Contrastan los valores del Reino (lo que es eterno) con los valores mundanos (lo que es temporal).
(3) Contrastan la «fe» superficial de los fariseos con la fe verdadera que Cristo quiere.
(4) Muestran que las expectativas del Antiguo Testamento se verían cumplidas en el Reino nuevo.
Estas Bienaventuranzas no pueden ser tomadas selectivamente. Uno no escoge lo que quiere y deja el resto, sino que deben tomarse como un todo. Describen lo que debemos ser como seguidores de Cristo.

Cada Bienaventuranza habla de cómo ser afortunado y feliz. Algunas versiones dicen felices o dichosos en vez de bienaventurados. Estas palabras no prometen carcajadas, placer ni prosperidad terrena. Jesús pone de cabeza el concepto terreno de la felicidad.

Para Jesús, felicidad es esperanza y gozo, independientemente de las circunstancias externas. Para hallar esperanza y gozo, la forma más profunda de la felicidad, sigue a Jesús a cualquier costo.

Con el anuncio de Jesús de que el Reino se había acercado (4.17) naturalmente, la gente preguntaba: «¿Qué necesito hacer para ser parte del Reino de Dios?» Jesús dijo que en el Reino de Dios las cosas no son como en los reinos terrenales. Debían buscar beneficios y recompensas muy distintas de los que los fariseos y publicanos estaban buscando. Mucha gente busca felicidad pero esta fácilmente se desvanece. Muy pocos buscan el gozo de Dios que nunca se desvanece. ¿Son sus actitudes una copia del egoísmo, el orgullo y las ansias de poder del mundo, o reflejan el ideal al que Dios lo llamó?-

Jesús dijo que nos regocijáramos cuando somos perseguidos. La persecución puede ser provechosa porque
(1) aparta nuestros ojos de las recompensas terrenas,
(2) aleja a los creyentes superficiales,
(3) fortalece la fe de los que permanecen, y
(4) sirve como ejemplo a los que vendrán después de nosotros.

Podemos ser confortados al saber que los grandes profetas de Dios sufrieron persecución (Elías, Jeremías, Daniel). La persecución demuestra nuestra fidelidad. Por ser fieles, en el futuro Dios nos premiará dejándonos entrar en su reino eterno, donde no hay más persecución.


CONCLUSION:
En conclusión las Bienaventuranzas nos dan las características de quienes heredaran el reino. Quienes verdaderamente se arrepienten se convertirán también en “la sal de la tierra y en la luz del mundo”

COMISION EEDD
2011