viernes, 15 de julio de 2011

LECCION DOMINGO 17 DE JULIO DEL 2011

“Jesús comienza su ministerio público”
Lección: MATEO 4: 12 – 17.
Texto: MARCOS 1: 34.
Domingo 17 julio 2011.


INTRODUCCION

Jesús vivía en Capernaum un populoso y bullicioso puerto pesquero en la costa N.O. del mar de Galilea. Su inicial ministerio le daba cumplimiento a Is. 9:1, 2. El mensaje del Rey era “arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado” al igual que lo decía Juan.

Esta palabra “se ha acercado” significaba que el Rey estaba presente y que se le ofrecía a Israel de buena fe este reino con una sola condición “El arrepentimiento”.

DESARROLLO

V. 12 – 17. El traslado de Jesús cumplía la profecía de Isaías 9.1, 2 que señalaba que Jesús, el Mesías, sería luz a la tierra de Zabulón y Neftalí, la región de Galilea en la que Capernaum estaba localizada.
Mateo continúa vinculando el ministerio de Jesús con el Antiguo Testamento al referirse a Isaías. Esto era una ayuda para la audiencia judía, quienes conocían las Escrituras.

«El reino de los cielos» significa lo mismo que el «Reino de Dios» en Marcos y Lucas. Mateo usó esta frase tomando en cuenta a los judíos, quienes por respeto y profunda reverencia no pronunciaban el nombre de Dios. El reino de los cielos está cerca, porque ha llegado a nuestros corazones.
Jesús empezó su ministerio con la misma frase que la gente había oído de Juan el Bautista: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado». El mensaje es el mismo hoy. Ser seguidor de Cristo significa apartarnos de nuestro egocentrismo, del dominio del «ego», y poner nuestra vida bajo la dirección de Cristo.


CONCLUSION

Como lo hemos dicho en otra lección Jesús no quiere ser solo nuestro salvador, sino el Señor de nuestra vida integralmente (en nuestro cuerpo, alma y espíritu).

Una de las bienaventuranzas nos habla del “Pobre de espíritu” y su definición es: Aquel que sometió su voluntad a Dios y por la fe coloco a Cristo en primer lugar en su vida”.







“La tentación de Jesús”
Lección: Mateo 4: 1 – 11.
Texto: Deuteronomio 6: 13.
Domingo 10 julio 2011


INTRODUCCION

Este tiempo de prueba muestra que Jesús era realmente el Hijo de Dios, capaz de superar a Satanás y sus tentaciones. Una persona no puede demostrar obediencia verdadera si no tiene la oportunidad de ser desobediente. En Dt. 8:2, Dios guió a Israel hacia el desierto para afligirlos y probarlos. Quería ver cómo reaccionaban y si estaban dispuestos a obedecerle. También nosotros seremos probados. Sabiendo que la prueba vendrá, debiéramos estar alertas y listos para enfrentarla. Hay que tomar en cuenta Mt 26:41: «la carne es débil». ¡Sus convicciones son buenas si resisten bajo presión!


DESARROLLO

V. 1 – 11. Satanás tentó a Eva en el jardín, y aquí tienta a Jesús en el desierto. Satanás es un ángel caído. Existe de veras, no es simbólico, y constantemente está luchando en contra de los que obedecen y siguen a Dios. Las tentaciones de Satanás son reales. Él quiere que hagamos las cosas a su manera o la nuestra, pero no como Dios quiere. Jesús un día va a reinar sobre toda la creación, pero Satanás quería que Jesús se proclamara rey prematuramente. Si Jesús lo hacía, su misión en la tierra, morir por nuestros pecados y darnos la oportunidad de tener vida eterna, se arruinaba. Cuando las tentaciones parecen ser duras, o cuando piense que pueden ser racionalizadas, piense que el diablo podría estar procurando estorbar el propósito de Dios para su vida.
Esta tentación de Satanás sirvió para mostrarnos que Jesús era humano y proporcionó a Jesús la oportunidad de reafirmar el plan de Dios para su ministerio. También nos da un ejemplo a seguir cuando somos tentados. La tentación de Jesús fue importante porque demuestra su ausencia de pecado. Fue tentado y no cedió a la tentación.
Satanás tentó a Jesús, pero Jesús nunca pecó. Podríamos sentirnos sucios después de una tentación; sin embargo, la tentación en sí no es pecado. Pecamos cuando cedemos y desobedecemos a Dios. Recordarlo nos ayudará a mantenernos alejados de la tentación.
Jesús no fue tentado en el templo ni en su bautismo, sino en el desierto; estaba cansado, solitario y hambriento, y por lo tanto muy vulnerable. Satanás, con frecuencia, nos tienta cuando somos vulnerables: cuando estamos cansados, solitarios, enfrentando decisiones importantes o incertidumbre. Pero Satanás gusta también de tentarnos por medio de nuestras virtudes, en el momento en que somos susceptibles al orgullo. Debemos estar en guardia en todo momento contra sus ataques.
Las tentaciones de Satanás se enfocan en tres cosas:
(1) deseos físicos,
(2) posesiones y poder, y
(3) orgullo.
Pero Jesús no cedió. He 4.15, 16 dice que Jesús fue tentado como nosotros lo somos, pero que Él no cedió ni una vez y no pecó. Él sabe por experiencia propia lo que estamos experimentando. Él desea y tiene todo poder para ayudarnos en nuestras dificultades. Cuando sea tentado, vuélvase a Él en busca de fortaleza. Jesús estaba hambriento y débil luego de un ayuno de cuarenta días, pero optó por no usar su poder divino para satisfacer la necesidad natural de alimento. Los alimentos, el hambre y los deseos de comer son buenos, pero el momento no lo era. Había decidido poner a un lado el uso ilimitado e independiente de su poder divino a fin de experimentar su humanidad en plenitud. También nosotros podemos ser tentados a satisfacer un deseo normal en una forma incorrecta o en un mal momento. Si somos indulgentes con el sexo antes del matrimonio o si robamos para obtener alimentos, estamos procurando satisfacer deseos que Dios nos ha dado en maneras que Dios desaprueba. Recuerde, muchos de nuestros deseos son normales y buenos pero deben ser satisfechos en la forma correcta y en el momento oportuno.

Jesús fue capaz de resistir todas las tentaciones de Satanás porque no solamente conocía las Escrituras, sino que las obedecía. Ef 6:17 dice que la Palabra de Dios es un arma, espada de dos filos, para ser usada en combate espiritual. Saber versículos bíblicos es importante para resistir los ataques de Satanás, pero debemos obedecerlos también. Note que el diablo también se sabe versículos de las Escrituras, pero no los obedece. Conocer y obedecer la Biblia es cumplir los deseos de Dios antes que los de Satanás.
El templo era el centro religioso de la nación y el lugar donde los judíos esperaban la llegada del Mesías (Mal 3.1). Herodes el Grande había renovado el templo en la esperanza de ganar la confianza de los judíos. El templo era el edificio más alto de la región, y el pináculo del templo era probablemente la pared que sobresalía del lado de la colina, desde donde se podía ver el valle. Desde este lugar, Jesús podía ver a Jerusalén y varios kilómetros a la redonda.

Dios no es nuestro mago en los cielos. En respuesta a las tentaciones de Satanás, Jesús dijo que a Dios no debía ponerle pruebas necias (Dt 6.16). Usted puede desear pedir a Dios que haga algo para demostrar su existencia o su amor. En cierta oportunidad un hombre pidió a Jesús que enviara una señal para que la gente creyera.
Jesús le dijo que el que no cree a través de lo que está escrito en la Biblia no creerá aunque alguien resucite para amonestarle. Él quiere que vivamos por fe, no por vista. No tiente a Dios ni trate de manipularlo.


CONCLUSION:

Tal como lo refiere esta lección, no podemos demostrar obediencia verdadera si no tenemos la oportunidad de ser desobedientes.
Nuestro desierto es el mundo, donde somos afligidos todos los días. Y es en ese desierto donde el nos quiere ver reaccionar y descubrir nuestra capacidad de obediencia. Si ya somos consientes que seremos probados, es nuestra responsabilidad estar vigilantes y listos para el contraataque. También nosotros seremos probados. Sabiendo que la prueba vendrá, debiéramos estar alertas y listos para el contra ataque. ¡Nuestras convicciones serán buenas si resistimos bajo presión!


COMISION EEDD
2011