jueves, 27 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 30 DE SEPTIEMBRE 2012

“Los obreros de la viña
Lección: Mateo 20:1-16
Texto: Apocalipsis 22:12
Domingo 30 de Septiembre 2012

INTRODUCCIÓN: No debe haber división entre los últimos versículos del capítulo anterior y este, porque la parábola de la viña ilustra lo dicho en 19:30, “Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros”; así concluye la parábola (20:16). El objeto directo de esta parábola parece ser demostrar que, aunque los judíos fueron llamados primero a la viña, en el largo plazo el evangelio será predicado a los gentiles que deben ser recibidos con los privilegios y ventajas en igualdad con los judíos.

DESARROLLO: La parábola de los trabajadores de la viña. Vv. 1—16.
Tres importantes puntos se pueden desprender de esta parábola:
1.- Dios no es deudor de ningún hombre.
2.- Suele suceder que de quienes no se tienen mayores expectativas a través de la bendición de Dios logran lugares de privilegios.
3. La retribución será dada a los trabajadores de Su Obra conforme a las misericordias del dueño de la Obra.

Este episodio muestra el estado de la iglesia visible y explica la declaración de que los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos, en sus diversas referencias. —Mientras no seamos contratados en el servicio de Dios estamos todo el día de ociosos: un estado pecaminoso, aunque para Satanás sea un estado de esclavitud, puede llamarse estado de ociosidad. El mercado es el mundo y de él fuimos llamados por el evangelio. Venid, salid de ese mercado. El trabajo para Dios no admite bagatelas. El hombre puede irse ocioso al infierno, pero quien vaya al cielo debe ser diligente. —El centavo romano era siete centavos, medio penique del dinero inglés, pagaba entonces suficiente para el sostén diario. Esto no prueba que la recompensa de nuestra obediencia a Dios sea de obras o de deuda; cuando hemos hecho todo, somos siervos inútiles; significa que hay una recompensa puesta ante nosotros, pero que nadie, por esta suposición, postergue el arrepentimiento hasta su vejez. Algunos fueron enviados a la viña en la hora undécima, pero nadie los había contratado antes. Los gentiles entraron a la hora undécima; el evangelio no había sido predicado antes a ellos. Quienes han tenido la oferta del evangelio en la hora tercera o sexta, y la han rechazado, no tendrán que decir en la hora undécima, como éstos: Nadie nos contrató. —Por tanto, no para desanimar a nadie sino para despertar a todos, es que se recuerda que ahora es el tiempo aceptable. —Las riquezas de la gracia divina son objetadas en voz alta por los fariseos orgullosos y por los cristianos nominales. Hay en nosotros una gran inclinación a pensar que tenemos demasiado poco, y los demás mucho de las señales del favor de Dios; y que hacemos demasiado y los demás muy poco en la obra de Dios. Pero si Dios da gracia a otros, es bondad para ellos, y no injusticia para nosotros.

CONCLUSIÓN: El hombre terrenal considera que su riqueza en este mundo es su bendición, y optan por su porción en esta vida. No obstante, Los creyentes obedientes vivimos la vida como un constante regalo de Dios, en que la gracia de Dios nos llegó sin merecerlo. Es un pecado que no tiene placer, provecho ni honor. Dejemos ir todo reclamo orgulloso y procuremos la salvación como dádiva gratuita. No envidiemos ni murmuremos; regocijémonos y alabemos a Dios por su misericordia hacia los demás y con nosotros.

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 30 DE SEPTIEMBRE 2012

“Los obreros de la viña
Lección: Mateo 20:1-16
Texto: Apocalipsis 22:12
Domingo 30 de Septiembre 2012

INTRODUCCIÓN: No debe haber división entre los últimos versículos del capítulo anterior y este, porque la parábola de la viña ilustra lo dicho en 19:30, “Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros”; así concluye la parábola (20:16). El objeto directo de esta parábola parece ser demostrar que, aunque los judíos fueron llamados primero a la viña, en el largo plazo el evangelio será predicado a los gentiles que deben ser recibidos con los privilegios y ventajas en igualdad con los judíos.

DESARROLLO: La parábola de los trabajadores de la viña. Vv. 1—16.
Tres importantes puntos se pueden desprender de esta parábola:
1.- Dios no es deudor de ningún hombre.
2.- Suele suceder que de quienes no se tienen mayores expectativas a través de la bendición de Dios logran lugares de privilegios.
3. La retribución será dada a los trabajadores de Su Obra conforme a las misericordias del dueño de la Obra.

Este episodio muestra el estado de la iglesia visible y explica la declaración de que los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos, en sus diversas referencias. —Mientras no seamos contratados en el servicio de Dios estamos todo el día de ociosos: un estado pecaminoso, aunque para Satanás sea un estado de esclavitud, puede llamarse estado de ociosidad. El mercado es el mundo y de él fuimos llamados por el evangelio. Venid, salid de ese mercado. El trabajo para Dios no admite bagatelas. El hombre puede irse ocioso al infierno, pero quien vaya al cielo debe ser diligente. —El centavo romano era siete centavos, medio penique del dinero inglés, pagaba entonces suficiente para el sostén diario. Esto no prueba que la recompensa de nuestra obediencia a Dios sea de obras o de deuda; cuando hemos hecho todo, somos siervos inútiles; significa que hay una recompensa puesta ante nosotros, pero que nadie, por esta suposición, postergue el arrepentimiento hasta su vejez. Algunos fueron enviados a la viña en la hora undécima, pero nadie los había contratado antes. Los gentiles entraron a la hora undécima; el evangelio no había sido predicado antes a ellos. Quienes han tenido la oferta del evangelio en la hora tercera o sexta, y la han rechazado, no tendrán que decir en la hora undécima, como éstos: Nadie nos contrató. —Por tanto, no para desanimar a nadie sino para despertar a todos, es que se recuerda que ahora es el tiempo aceptable. —Las riquezas de la gracia divina son objetadas en voz alta por los fariseos orgullosos y por los cristianos nominales. Hay en nosotros una gran inclinación a pensar que tenemos demasiado poco, y los demás mucho de las señales del favor de Dios; y que hacemos demasiado y los demás muy poco en la obra de Dios. Pero si Dios da gracia a otros, es bondad para ellos, y no injusticia para nosotros.

CONCLUSIÓN: El hombre terrenal considera que su riqueza en este mundo es su bendición, y optan por su porción en esta vida. No obstante, Los creyentes obedientes vivimos la vida como un constante regalo de Dios, en que la gracia de Dios nos llegó sin merecerlo. Es un pecado que no tiene placer, provecho ni honor. Dejemos ir todo reclamo orgulloso y procuremos la salvación como dádiva gratuita. No envidiemos ni murmuremos; regocijémonos y alabemos a Dios por su misericordia hacia los demás y con nosotros.

jueves, 20 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 23 DE SEPTIEMBRE DEL 2012

“Regalos y Recompensas”
Lección: Mateo 19:23-30
Texto: Filipenses 3:8
Domingo: 23 de Septiembre de 2012


INTRODUCCIÓN: Nuestro Señor expone en este episodio que la salvación es un regalo que se obtiene sólo por gracia y que las recompensas por el sacrificio, entrega y abnegación de sus discípulos serán otorgadas en la eternidad.

DESARROLLO: El regalo de la Salvación, v. 23-26
En la lección anterior concluimos que nadie puede pagar por un lugar en el cielo. Jesús presenta una metáfora contradictoria para profundizar esta verdad, un camello procurando pasar por el ojo de una aguja o la puerta pequeña de la ciudad, esto no sólo es difícil sino imposible, así es imposible para una persona que confía en sus capacidades y recursos alcanzar la vida eterna. La respuesta consiste en reconocer que lo imposible humanamente es posible para Dios.
Que vano es el esfuerzo infructífero de los que trabajan para ser salvos, como que pueden pagar por ello. La palabra IMPOSIBLE grita como una trompeta en el oído de los que piensan de esta forma y el susurro bendito del Salvador resuena en el corazón diciéndonos, es sólo por amor.

La recompensa del Discipulado, v. 27-30
Pedro, que había observado la conversación entre Jesús y el joven rico, hace notar que los discípulos ya han abandonado todo y han seguido a Jesús. ¿Qué, pues, tendremos?, Jesús responde que en el reino de los cielos serán recompensados sus seguidores de acuerdo a la evaluación divina. Los Doce se sentarán en doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel. Pero la recompensa no estará limitada a los Doce, será extendida a otras personas que la merezcan. Expone que la evaluación de Dios es muy distinta a la terrenal, y que en definitiva podremos llevarnos varias sorpresas, los que pensamos ocuparán los últimos lugares serán los primeros.
El discipulado a pesar de sus grandes costos también tiene recompensas aún mayores, cien veces más, esto logra opacar todo sufrimiento y pérdida. Sin embargo descubrimos que las recompensas prometidas no siguen los paradigmas del mundo. No están entre las recompensas del discipulado cristiano; la fama, poder, exaltación propia, adulación, posiciones, obtención de riquezas. Entonces sigamos el consejo de Jesús a hacer tesoros en el cielo y no en la tierra.

CONCLUSIÓN: Existe una clara diferencia en estos dos conceptos expuestos, Salvación y Recompensa. Mientras que el primero se refiere a un acto soberano de Dios imputando su gracia en favor del salvado, otorgándole libre acceso a la eternidad por los únicos y suficientes méritos de Jesús. El segundo concepto, las recompensas, apuntan a esclarecer que para los que ya han sido salvados el Señor les recompensará por su trabajo y entrega en la eternidad.
¡Cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor! (1 Co 3:8).
Los apóstoles hicieron lo que Jesús requería del joven rico. Tal vez el “todo” de los apóstoles (con la excepción de Mateo) no se pudiera comparar con las riquezas del joven príncipe, pero el todo de cualquiera es todo, y el dejar todo requiere la sumisión total a la voluntad del Señor. Innegablemente el sacrificio de los apóstoles era muy grande, y ¿qué les esperaba en el futuro ya que habían dejado su empleo? (Pedro dejó su oficio como pescador y dejó posesiones).

COMISION EEDD 2012

jueves, 13 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 16 DE SEPTIEMBRE DEL 2012

“La entrada al reino de los cielos”
Lección: Mateo 19:13-22
Texto: Deuteronomio 5:10
Domingo: 16 de Septiembre de 2012


INTRODUCCIÓN: Es interesante notar que en esta lección encontramos de manera gráfica la actitud que deben tener aquellos que han de seguir al Divino Maestro, que es la puerta de entrada a la vida del reino de los cielos. Seguirle demanda confiar en su bendición como la recibieron los niños y también confiar en el Salvador para ser salvo, esto último no fue considerado por el Joven rico y se fue autoexcluido.

DESARROLLO: Los niños que reciben la bendición de Jesús, vs. 13-15
Algunos días antes de este episodio, Jesús había hablado a sus discípulos del carácter apropiado que tienen los niños para recibir las bendiciones del cielo (Mt. 18:3-5), al parecer sus discípulos habían olvidado la lección y estaban poniendo obstáculos a los pequeños que con sinceridad y admiración estaban cerca del Señor. En contraste absoluto con la intención de los padres de presentárselos a Jesús para que los “tocara”. De esto se desprende que los padres debemos llevar a nuestros hijos con la finalidad de que el toque de Jesús provoque en ellos la bendición de la eternidad y la formación temprana de sus valores de servicio cristiano. El 85% de los cristianos que son fieles en la iglesia recibieron a Jesús en su infancia.
Entonces es importantísimo considerar nuestro deber de instruir al niño en su camino, llevarlos a Jesús y no impedírselo. Somos impedimento para este contacto, cuando No les instruimos acerca de las verdades del reino, cuando No los llevamos a la congregación y cuando No somos coherentes con lo que decimos y hacemos.
El joven que no entró al reino de los cielos, v. 16-22
La pregunta de este joven rico deja ver su personalidad arrogante, lo más probable que hasta este momento todo lo había conseguido con algún buen precio, ahora frente al salvador quiere pagar por un ticket de entrada a la eternidad, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?. Es el tipo de persona que confía en su capacidad, en sus obras y en sus recursos. Se siente superior a los demás que suplican porque se consideran indignos. Ante la respuesta categórica de Jesús que para seguirle le era necesario despojarse de todas sus posesiones, se retira entristecido.
Jesús nos explica lo difícil que es para aquellos que tienen riquezas entrar al reino de los cielos, porque intentarán pagar por una salvación que ya fue pagada por la sangre de Jesús en la cruz.
Esta clase de personas aparecen en nuestro camino, son aquellos que se justifican con sus años de religión, se justifican por la cantidad de obras sociales que realizan, quieren mostrarse ante el Salvador como merecedores de entrar al reino de los cielos por sus obras. Bienaventurados aquellos que entienden que han recibido un don inmerecido sólo por gracia (Ef. 2)

CONCLUSIÓN: Los discípulos manifiestan su preocupación, ¿Quién podrá ser salvo?, la respuesta categórica del Señor, ES IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE SALVARSE, sólo Dios lo puede hacer como un acto de amor de su divina gracia.
Entonces, el llamado de Jesús es presentarnos ante el trono de la gracia con el corazón expectante y confiado que manifestaron los niños y no con la arrogancia del joven que se perdió en sus bienes materiales.

jueves, 6 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 09 DE SEPTIEMBRE DEL 2012

“Una puerta llamada divorcio”
Lección: Mateo 19:1-12
Texto: Génesis 5:2
Domingo: 09 de Septiembre de 2012


INTRODUCCIÓN:
Frente a la pregunta del repudio, Jesús no cayó en la trampa de los fariseos, sino que volvió al principio, aun más allá de Deut. 24; es decir, no era cuestión de lo que ciertos rabinos enseñaran, ni siquiera lo que Moisés hubiera dicho, sino lo que Dios mismo había dicho en el principio del mundo. Repetidas veces Jesús va directamente a las Escrituras para contestar preguntas, como también para resistir al diablo, ver Mateo 4:1-10.
¡Qué buen ejemplo El ha dejado para nosotros! Los fariseos se jactaban de su conocimiento de las Escrituras, pero la pregunta hecha por Jesús (“¿No habéis leído?) Implicaba que ignoraban muchos textos.


INTRODUCCIÓN:
Jesús entra en Judea. Vv. 1- 2.
Grandes multitudes seguían a Cristo. Cuando Cristo parte, lo mejor para nosotros es seguirlo. En todas partes lo hallaban tan capaz y dispuesto a ayudar, como había sido en Galilea; dondequiera que salía el Sol de Justicia, era con salud en sus alas.

La pregunta de los fariseos sobre el divorcio. Vv. 3—12.
Los fariseos en muchas ocasiones intentaron fallidamente sorprender al Maestro en algo que pudieran presentar como ofensa a la ley de Moisés. Esta vez, maquinan sorprenderlo respecto a cierta posición ante situaciones inmorales relacionadas con el matrimonio que habían incurrido, no por la ley de Dios, sino por las lujurias y necedades de los hombres. Es recurrente que ante tales hechos, la gente suela resolver bajos sus propios intereses y actúa antes de tener el consejo sabio. Jesús responde con esta pregunta… ¿si no habían leído el relato de la creación?, trayendo a la memoria el primer ejemplo de matrimonio; de esta forma afirma que toda desviación estaba fuera de la propia Ley que ellos mismos defendían. De esta manera responde escrituralmente y anuncia que la mejor condición para nosotros, que debemos elegir y mantener en forma coherente que tienda a prepararnos y preservarnos mejor para el reino del cielo.

Vivir en integridad matrimonial hace realidad el evangelio en nosotros, nos lleva a la práctica de principios fundamentales para ser buenos padres y creer firmemente en que la Unión de Hombre y Mujer trae la paz y la felicidad. En cuanto a las personas impías, es propio que sean refrenadas por leyes para que no rompan la paz de la sociedad. Aprendemos que el estado del matrimonio debe asumirse con gran seriedad y con oración fervorosa.


CONCLUSIÓN:
El divorcio rechaza el plan de Dios. Cuando sucede el divorcio, “no son ya” una sola carne, sino dos. Destruye la protección contra la fornicación (1 Cor. 7:2). Es una experiencia traumática para los dos y peor para sus hijos. Por eso, Dios aborrece el divorcio (Mal. 2:16). Por lo tanto, la iglesia no puede “anular” el matrimonio hecho por Dios (del “anular” resulta la separación). Desde luego, las leyes del estado no tienen nada que ver con este tema. El gobierno no casa y no puede separar. Muchos dan gran importancia a la “licencia” y, desde luego, Rom. 13:1 y otros textos requieren que nos sometamos a la ley terrenal, pero en cuanto al matrimonio, el gobierno sólo registra el matrimonio, y registra no sólo el matrimonio aceptable ante los ojos de Dios, sino también los “matrimonios” que son puro adulterio ante los ojos de Dios.



COMISION EEDD 2012

sábado, 1 de septiembre de 2012

LECCION ESCUELA DOMINICAL DOMINGO 02 DE SEPTIEMBRE 2012

“Los dos deudores”
Lección: Mateo 18:23-35
Texto: Mateo 6:14-15
Domingo: 02 de Septiembre de 2012

INTRODUCCIÓN: La parábola de los dos deudores tiene su inicio en la pregunta de Pedro, de cuántas veces hay que perdonar al hermano que peca contra nosotros. Resulta incomprensible que un hombre que recibió el perdón de una deuda imposible de cancelar no tenga la capacidad de perdonar a otro hombre que le debe una cantidad insignificante.

DESARROLLO: Una deuda impagable, vs. 24-25. Sesenta millones de dracmas representaba una deuda imposible de cubrir, el deudor estaba condenado a ser vendido como esclavo junto con su familia. Una clara representación del hombre lejos de Dios que le es imposible pagar su deuda con el creador, condenado a la esclavitud eterna.
Un rey movido a misericordia, v.26-27. Prisionero este deudor apelaba sólo a la súplica para pedir tiempo y así pagar lo que le era imposible, el rey sabedor de que este hombre nunca podría pagar, decide en un acto de misericordia perdonar totalmente su deuda y dejarle en libertad junto a su familia. El Señor ha sido compasivo perdonando nuestra deuda eterna, sacándonos de prisiones de oscuridad sólo por su gran amor con que nos amó.
Un hombre insensible, vs. 28-30. El centro de la parábola presentada por nuestro Señor radica en la insensibilidad de aquel siervo que le fue perdonada su deuda y que luego es inmisericorde con un consiervo suyo que le adeudaba una cifra posible de pagar en tres meses, el actúo de forma violenta, incluso ahorcando al deudor para recibir su pago, al verse imposibilitado de recibir sus 100 denarios lo entregó en la cárcel.
Quien rehúsa perdonar, ha menospreciado el perdón de Dios, hallándose en prisión de amargura. Aprendamos a perdonar por medio del único Rey misericordioso, quien perdonó nuestras culpas, miles de veces más graves que las de nuestro prójimo hacia nosotros. Ahora en Jesucristo el perdón debe ser igualmente ilimitado.
Un principio eterno, el perdón, (31-34). El perdón es una capacidad del corazón para desatar ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. Este hombre fue incapaz de perdonar a su prójimo, por tanto el Señor lo llama malvado, más exactamente “inútil”. No tiene la capacidad de sentir como su Señor siente, queda fuera del reino de misericordia.

CONCLUSIÓN: Así actuamos muchas veces igual que este hombre, ¿podemos igualar el pecado que alguien ha cometido en contra nuestra, con el que hemos cometido contra Dios y del cual hemos sido perdonados?, en el modelo de la oración el Señor nos enseña a disfrutar de la gracia de su provisión para luego compartir de esta gracia con los que nos ofenden. Podemos disfrutar de su mesa, de su pan, de su amor. Todo por la misericordia. Luego somos llamados a perdonar como hemos sido perdonados y no volver a prisiones de amargura y dolor.
¡Perdonando Jesús nos perdona!